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La respuesta de Chile al porno vengativo

Internet es una tecnología sumamente poderosa, principalmente por el alcance que tiene. Como cualquier herramienta sujeta al uso de las personas, las consecuencias de su utilización pueden ser positivas o negativas. El porno vengativo es uno de los mejores ejemplos del segundo grupo.

En estos casos, la intimidad de las personas es severamente violada en el momento en que sus antiguas parejas deciden publicar en Internet fotografías o vídeos que hayan sido captados en momentos íntimos. El material, usualmente de connotación sexual, se esparce rápidamente por la red, dañando la moral de las personas involucradas.

Ante esta situación, las diputadas chilenas Andrea Molina y Claudia Nogueirapresentaron una iniciativa para modificar el Código Penal de ese país a fin de erradicar esta conducta. El proyecto fue presentado ante la Cámara de Diputados de ese país con el apoyo del diputado Juan Antonio Coloma, aunque la ruta elegida por estos legisladores abre la puerta a algunas cuestiones importantes.

Leyes específicas para problemas definidos

Uno de los debates más apasionados en temas relativos a la regulación de Internet gira en torno a una cuestión: ¿es necesario crear nuevas leyes para conductas novedosas? Mientras algunas personas piensan que debería suceder así, otro sector opina que debería bastar con aplicar el marco legal existente. Desde este segundo enfoque, las conductas no cambian, sino que adquieren nuevas dimensiones debido al alcance de la tecnología.

En este contexto, el proyecto que será discutido por el Congreso chilenocoincide más con el primer enfoque. De acuerdo con lo que se puede leer en la exposición de motivos del boletín, los diputados que firman el documento asocian este tipo de labor legislativa con técnicas modernas:

La presente iniciativa legislativa asimismo, se encuentra en plena consonancia con técnica legislativa moderna, en el sentido de establecer regulaciones especiales para casos especiales, surgidos de las implicancias y fenómenos que surgen de la vida moderna.

Lo que se pierde de vista con este enfoque es que, en la medida de lo posible, la legislación debe ser tecnológicamente neutral. De poco servirá actualizar el marco legal de una nación para que coincida con las herramientas tecnológicas predominantes, ya que el dinamismo de este sector hará que tales leyes se vuelvan obsoletas al cabo de unos años.

¿Cómo lidiar con el porno vengativo?

Una de las cuestiones más importantes, independientemente del marco legal utilizado, es identificar de manera clara el material que corresponde con el porno vengativo. Así, identificar que el material fue publicado sin el consentimiento de la víctima se convierte en el factor clave en este tipo de casos, donde la acusación de la víctima es indispensable.

Además, la cooperación de los sitios que alojan fotos o videos explícitos suele ser un elemento fundamental. En este sentido, muchos de los repositorios en Internet cuentan con mecanismos sencillos para retirar este tipo de materiales.Pornhub, por ejemplo, señala que basta con enviar un mensaje al equipo de soporte con la URL del material que fue subido sin el consentimiento de alguna de las personas que aparecen en él, solicitando su retirada.

Sin embargo, el material puede ser subido una y otra vez, convirtiendo al proceso en una cacería constante que resulta desgastante para las víctimas. Por esto, el proyecto propone penas para quienes publiquen este material en Internet y para los administradores de los sitios que no cooperen con retirar el material señalado:

Se castigará con la pena de reclusión menor en su grado medio a máximo y multa de 100 a 1000 Unidades Tributarias Mensuales al que, difunda o publique a través de Internet o cualquier otro medio electrónico imágenes de contenido sexual o erótico que se hayan obtenido en el ámbito de la privacidad de la pareja y sin el consentimiento de uno de ellos.

Los administradores de sitios de Internet que no bajen estas imágenes de manera inmediata a solicitud del afectado, serán sancionados con las mismas penas del inciso anterior.

No obstante, lo que no está claro es la forma en la que identificarán a quienes publiquen las fotografías o los videos. El proyecto tampoco especifica si su implementación requerirá que los ISP -o cualquier otra entidad- ejerza un monitoreo continuo sobre los contenidos en la red. En resumen, la efectividad de esta modificación se encuentra en duda, con lo que corre el riesgo de convertirse en “letra muerta”.