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Cómo piratear un libro sobre copyright

En un detallado artículo en su blog de Medium, Eric Adler resume el intrincado sistema del uso justo en el copyright estadounidense.

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Las leyes estadounidenses sobre copyright (las que aplican a más del 90% del contenido cultural consumido masivamente en todo el mundo) resultan increíblemente confusas incluso para abogados, y el concepto de “uso justo” (fair use) cuyos límites no sólo son difusos, sino que no suelen transmitirse a legislaciones de otras latitudes, lo hace todo muchísimo peor.

Hace algunas semanas, Eric Adler, abogado de patentes y tecnología neoyorquino, publicó en su blog de Medium un análisis sobre el uso justo, derivado de su trabajo de remix del libro “Copyright Law” del profesor Robert Gorman en un website, llamado Copyright Codex. Su análisis destila un laberinto infinito y anodino de normas súmamente complejas en algunos principios básicos que resultan más sencillos de entender para el usuario común.

En primer lugar ¿qué es el uso justo?

El uso justo es una limitación o una excepción a los derechos exclusivos del autor sobre su obra. En Estados Unidos, el uso justo es una doctrina que permite un uso limitado de determinado material que se encuentre protegido por copyright, sin requerir permiso previo por parte de quienes detentan el derecho de autor. Existen formas de uso justo que se consideran más claramente determinadas (como la parodia) y otras que resultan más oscuras (como la investigación). En todo caso, existe un test de cuatro factores que permiten determinar el uso justo de una obra.

Los factores que delimitan el uso justo en materia de copyright

De acuerdo con la jurisprudencia, el uso justo considera cuatro factores centrales: (1) ¿la obra es transformativa o no comercial?, (2) ¿era creativo el trabajo original? (3) ¿cuánto de la obra original fue copiado? y (4) ¿la realización de la copia significa un daño para la comercialización de la obra original?

Estos factores no son como una prueba de selección simple, sino que cada uno tiene un peso y la suma de todos ellos es lo que determina si se considerará uso justo o no. En casos muy complejos, esta determinación la hace un juez. Es aquí donde Gorman hace uso de ejemplos (casos muy famosos en materia de propiedad intelectual en Estados Unidos) para explicar:

Los perros azules

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En Rogers v. Koons (960 F. 2d 301, 1992) el juez consideró que la escultura de los cachorros azules de Jeff Koons (a la derecha) no constituía un uso justo de la fotografía de la izquierda, porque en primer lugar, la escultura tenía propósitos comerciales (fue vendida por 376.000 dólares), había sido copiada de una fuente artística, y no era suficientemente transformativa (esto es, que se parecía demasiado al original). Koons se defendió alegando que la escultura era una sátira, criticando “la fascinación de la sociedad con la producción en masa”, pero el juez dictaminó que para constituir uso justo, la copia debía constituir sátira o crítica del trabajo original, no de la sociedad en general.

Niágara

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En el caso de Niágara (Blanch v. Koons, 2006), la fotógrafa Andrea Blanch tomó la foto original y la publicó en Allure Magazine, y luego Jeff Koons usó la foto en su pintura, llamada “Niágara” (a la derecha). La corte en este caso decidió que el uso hecho por Koons de la fotografía constituía uso justo, por ser suficientemente “transformativa”, ya que poseía “un propósito y un significado completamente distintos”, y mostraba cambios en colores, fondo, medio y tamaño de los objetos presentados.

Apple vs. Microsoft

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En Apple v. Microsoft (1984), la corte decidió que la copia hecha por Microsoft de la interfaz de usuario de Apple constituía uso justo. Microsoft había obtenido licencias de Apple sobre varios componentes de la interfaz, y el uso de los componentes no licenciados, según estableció la corte, erameramente funcional (es decir, no era artístico).

El sitio web de Adler, Copyright Codex (que era genial, pero hace algunos días no funciona) resultó ser un tratado de propiedad intelectual en línea, en lenguaje sencillo y con una interfaz amigable, disponible para todos quienes quieran visitarlo. De acuerdo con Adler, el sitio web es en sí mismo una forma de uso justo, pues copia de un trabajo factual, en lugar de creativo, y copia con fines educativos y no comerciales, además de ser transformativo al convertirlo en un sitio web. No obstante, Adler se aseguró de obtener una licencia previa del autor, porque **los abogados nunca podemos estar demasiado seguros de algo*.