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La batalla legal que se avecina para las empresas de la colaboración

por Pablo Carcamo para Manzana Mecánica

Gracias al éxito de las empresas de “colaboración” o “arrendamiento” como Airbnb y otras, ya no se puede obviar el impacto que las relaciones p2p causan en la vida cotidiana de las personas. Mientras más consumidores se suman a estas plataformas, las necesidades de regulación adecuadas para ellas se hacen presentes tanto para los gobiernos como para las mismas compañías.

Es así como desde los Estados Unidos se preguntan qué sucede con la recaudación de impuestos, o con la interacción con leyes como las de prohibición de sub-arrendar un departamento en el caso de Airbnb, mientras que las empresas buscan establecer marcos legales favorables para poder continuar con sus negocios, lo que significa intentar modificar las leyes que sus emprendimientos puedan estar infringiendo.

Como todo sistema p2p, la fuerza de la ley es irrelevante ya que es imposible revisar el estado de cumplimiento de cada persona. Es por esta razón que aún compartimos archivos a pesar de las leyes de propiedad intelectual, y por la misma razón las personas sub-arrendarán sus departamentos sin mayor temor.

Pero estar en la ilegalidad no es algo beneficioso para estas start-ups, por lo que seguirán en su afán de posicionar estratégicamente sus negocios en base a sus beneficios sociales y no querrán estar al margen de la ley.

En este contexto podemos entender el nacimiento de “Peers” una organización que nace de la alianza entre algunos defensores de la economía p2p y empresas del rubro. Peers ya ha sido calificada como una institución encargada de llevar a cabo el lobby de las empresas del p2p para asegurar su aceptación, aunque esto no sea explicitado dentro de su misión.

Es interesante tomar en cuenta en este debate de regulaciones no sólo los beneficios que estas empresas entregan, sino también los problemas derivados de una relación p2p en el estado actual de nuestras sociedades. En este sentido hay un par de temas relevantes a considerar:

  • El poder de la empresa del p2p: Una vez que una empresa se posiciona como un mediador creíble entre pares se hace con un activo valioso: la reputación en su red. Por esta situación la empresa queda un estado casi monopólico en relación al consumidor, pudiendo establecer sus precios sin mayor problema. Por ejemplo, las comisiones que cobra airbnb no son fruto de un proceso de “competencia de servicios”, ni acordados entre el cliente y el proveedor.
    La competencia es compleja en este contexto, generando usuarios cautivos y rentas monopólicas además de una posición de poder frente al consumidor.
  • Precarización: Como ya lo han señalado Morozov y otros, la idea de la mayoría de las empresas de gestión de la economía p2p es que la relación entre quienes prestan servicios y las compañías que lo promueven debe ser lo más “estéril” posible. Es decir, ellos emplean sólo a quienes mantienen su sitio Web, pero no son responsables de nada más. Si juntamos esto con sociedades que intentan reducir el rol del estado a la hora de asegurar salud, educación y pensiones, una economía p2p es una economía precaria, que pondrá a los individuos en una situación de dependencia total de la venta constante de su trabajo.

Variables como éstas y otras son importantes de considerar a la hora de querer entender la influencia de un “mundo p2p”, y cómo queremos organizar nuestro ideal de sociedad.