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La diferencia entre el software libre, software privativo y el open source – Hipertextual

software libre y software privativo

 El software libre y software privativo tienen una filosofía diferente que tiene un impacto en nuestras vidas. Tampoco debemos confundir el software libre con el open source.

Hace tiempo que quería escribir un articulo sobre los diferentes modelos de desarrollo de software que podemos elegir a la hora de crear o elegir los programas que queremos utilizar. Estoy seguro de que muchos de los lectores de Hipertextual conocéis o al menos habéis oído hablar del software libre o del open source (código abierto). Sin embargo, estos términos no se oyen mucho en ámbitos no informáticos, por lo que existe un amplio número de personas que no saben la importancia que tienen las diferentes filosofías de desarrollo de software en su propia vida.

En este post, quiero ayudar a entender a toda esa gente que no conoce estos términos lo que significan y la repercusión que pueden llegar a tener en su día a día, ya que nos afecta a todos los que usamos programas en cualquier dispositivo, ya sea ordenador, tablet o smartphone. De hecho, podemos ampliar el espectro más allá del software, el conocimiento en sí en cualquier área puede ser libre o propietario.

Diferencias entre el software propietario y los demás

El vídeo anterior nos da una explicación muy sencilla de lo que significa software libre y software privativo. La metáfora de la tarta es una elección muy acertada para definir estos conceptos. Los ingredientes de una tarta industrial (software privativo) no pueden ser revelados porque si otra empresa imita los pasteles, podrían restarles beneficios. El software privativo solo defiende los intereses de las empresas que venden el programa y no puede ser modificado por individuos para responder ante necesidades particulares.

Cuando en el vídeo hablan de la abuela que le gusta cocinar y comparte la receta de su pastel con la familia, se refieren al software libre o al open source. Cuando cocinamos, aprendemos las recetas de familiares, de libros de cocina o de Internet y estoy seguro de que muchos les cambiáis algún ingrediente para hacer la comida a vuestro gusto. Esos son los programas libres o abiertos, accesibles a todo el mundo y capaces de ser modificados.

Características del software libre

Para que podamos considerar un programa como el software libre este debe respetar las 4 libertades esenciales:

  • Libertad 0: libertad para ejecutar el programa como quieras.
  • Libertad 1: libertad para estudiar el código fuente del programa y libertad para cambiarlo, con la finalidad de que este pueda hacer lo que nos haga falta.
  • Libertad 2: libertad para ayudar a tu prójimo, es decir, libertad para hacer y distribuir copias exactas del programa cuando quieras.
  • Libertad 3: libertad para contribuir a la comunidad, es decir, libertad para hacer o distribuir copias de tus versiones modificadas del programa.

Estas libertades son de vital importancia. Son esenciales no solamente para el bien del usuario individual sino para la sociedad entera, porque promueven la solidaridad social: compartir y cooperar. La importancia de estas libertades aumenta a medida que nuestra cultura y nuestras actividades cotidianas se vinculan cada vez más con el mundo digital. En un mundo de sonidos, imágenes y palabras digitales, el software libre se vuelve cada vez más esencial para la libertad en general.
– Richard Stallman, fundador del movimiento del software libre.

El beneficio del software libre para las escuelas es incuestionable. Pueden economizar y así no desperdiciar dinero pagando permisos para usar software privativo. Poder estudiar programas es vital para aprender a programar. Leer el código de otros nos puede ayudar a aprender o a resolver problemas. De hecho, hace poco implementé una característica en un programa que hice leyendo el código de otro programa libre que hacía algo parecido a mi objetivo.

Algunas empresas distribuyen versiones gratuitas o muy baratas de su software privativo a las escuelas, los alumnos aprenden a usar ese software y se gradúan con la dependencia de esos programas que han aprendido. Pero ahora que no están estudiando ya no reciben copias gratuitas del programa y se verán obligado a comprar ese software o si no dispone de los recursos necesarios, a piratearlo. Para no depender de nadie, siempre podrá aprender a usar software libre. Un daño mayor hacen las escuelas que no compran sino que piratean software privativo, teniendo alternativas libres.

Las diferencias entre el software libre y el open source

En 1998 una parte de la comunidad del software libre se bifurcó y dio inicio a una campaña para promover el open source (código abierto). La expresión se propuso originalmente para evitar un posible malentendido con el término free software (software libre). En inglés la palabra free puede significar libre o gratis, el software libre hace referencia a la libertad del programa, no al precio. Este movimiento del open source pronto se asoció con posiciones filosóficas diferentes a las del movimiento del software libre.

Todo software libre es open source, pero no todo programa open source es software libre. La diferencia radica en las diferentes licencias que se pueden utilizar para el programa. Muchas de las licencias del código abierto son menos permisivas, llegando a no respetar las libertades del software libre, por lo tanto, no son software libre y no aportan tanto beneficio a la comunidad como sí lo hace el software libre. Un ejemplo de licencia de software libre es la famosa GPLv3.

En resumen, si queremos mejorar la sociedad se debe compartir el conocimiento y no poner trabas para acceder a él. Esto no se aplica únicamente a la informática, podríamos aplicarlo a cualquier ámbito del conocimiento, como por ejemplo, los fármacos. Imaginemos que una empresa desarrolla un fármaco y una multinacional compra la patente para especular con ella vendiendo el fármaco a precios desorbitados. Los países están obligados a comprar el fármaco ya que no tienen la receta para desarrollarlo ellos mismos. Imaginemos que de ese fármaco depende la vida de personas y hay países que tienen dificultades para comprarlo por ese precio abusivo. En este caso el conocimiento le puede costar la vida a la gente. En España estamos viviendo esta situación con un fármaco para combatir la Hepatitis C.

Por nuestro propio bien, defendamos el conocimiento libre en todos los ámbitos.