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La privacidad como pilar de la democracia

Algunos sostienen que solo somos un conjunto de datos, big data, con diversos cuestionamientos y debates. El como usarla o no, el uso de datos no estructurados (o dark data), si es justa; son ejemplos pero no son parte del tema sino algo más ubicuo e importante: la privacidad.

Así como el ser humano se puede dibujar en data, sus relaciones y toda la miriada de fénomenos asociados tambien. Nuestras vidas son data y el mejor ejemplo son las redes sociales. Muchas veces olvidamos que esta información puede ser muy accesible (en algunos casos publicamente) y no necesariamente individuos; corporaciones y gobiernos por igual.

No pretendo definirla, usaré una ya escrita:

La privacidad puede ser definida como el ámbito de la vida personal de un individuo, quien se desarrolla en un espacio reservado, el cual debe mantenerse confidencial

La privacidad en si es como la seguridad y la confianza; más facíl definirla cuando no estan o se pierden. Sabemos con claridad (frecuentemente) en que confiamos y cuando nos sentimos seguros cuando se esta frente a una situación precaria y amenazante, en especial si descubrimos una mentira o algo deshonesto (una actitud o un accionar, por ejemplo). Podemos enojarnos, hacernos sentir inseguros o Sin poder

La misma idea se puede aplicar a la privacidad; es díficil de indicar antes de habernos dado cuenta que la hemos perdido en especial en nuestra vida digital y más aún entender que hemos perdido, como nos sentimos por ello.

Frecuentemente se lee o escucha que aboga por darle un enfoque más humano a (insertar tecnología dígital varia). Esto es en si pedir indirectamente que la sociedad ejerza un control mayor y con ello censura, desbalance de poder, desigualdad, discriminación, racismo y clasismo entre algunas de las consecuencias no deseadas de un control social.

En una democracia adecuada, los que están en el poder son abiertos y transparentes sobre sus decisiones en el. Uno no debería esperar transparencia de los individuos. Cuanto más transparente es la gente, más vulnerable se vuelve.

Con la actual infraestructura digital, nos dirigimos en la dirección equivocada: los individuos son cada vez más transparentes, abiertos a diferentes tipos de control, manipulación y discriminación, mientras que los poderosos -el gobierno, la industria y las organizaciones- se cierran cada vez más. La libertad, la independencia individual y la democracia son razones fundamentales por las que el derecho individual a la privacidad es algo de lo que todos debemos preocuparnos.

Lamentablemente pareciera que hemos tomado la dirección contraria: las personas somos cada vez más transparentes, abiertas a diferentes tipos de control, manipulación y discriminación, el caso opuesto sucede para los poderosos (el gobierno, la industria y las organizaciones) se cierran cada vez más. La libertad, la independencia individual y la democracia son las razones fundamentales por las que el derecho a la privacidad es algo por lo que todos debemos preocuparnos.

La privacidad es un derecho humano universal y se formalizó cuando la vida privada era tal. Había claros límites entre casas particulares y calles y edificios públicos, entre una persona privada y las autoridades y espacios públicos. Era el tiempo de la carta en el sobre sellado.

Pero los medios digitales se han afiatado en el mundo (no se puede desconocer), como lo ilustró el profesor Joshua Meyrowitz en 1986 en su libro No Sense of Place, lenta pero constantemente han estado rompiendo los límites entre las esferas pública y privada.

Las máquinas comenzaron a estar involucradas en nuestros correos (emails) y conversaciones (Chats). Se podría decir que se abrió el sobre. Desarrollamos cada vez más nuestras vidas, en redes sociales y la privacidad es algo en lo que debemos activamente optar (en algunas declaraciones de servicio incluso). Al mismo tiempo, estos espacios crean nuestras identidades; nos limitan o crean oportunidades y la privacidad se convierte en una herramienta de empoderamiento. En realidad, la privacidad es empoderamiento.

Las redes sociales y la web 2.0 han cambiando nuestro comportamiento pero nuestros valores.El hecho de que las usemos activamente y compartamos detalles sobre nosotros no significa que la vida privada no tenga valor, que ya no es una norma social, como dijo aparentemente Mark Zuckerberg, de Facebook. Simplemente significa que la privacidad ha evolucionado y trae consigo nuevos requisitos. Ahora el tener una vida privada, una imagen o una identidad en línea es una cuestión de empoderamiento. El empoderamiento significa que usted puede decidir quién sabe qué acerca de usted y cuándo.

La privacidad es una característica individual. Lo que decidimos revelar o no revelar, y en qué contextos, es profundamente personal y distintivo para nosotros. La privacidad es única, específica para cada cultura e individuo.

La privacidad es una práctica social común. El presidente de Google, Eric Schmidt, dijo que “si tienes algo que no quieres que nadie sepa, tal vez no deberías estar haciendolo en primer lugar“.

Este comentario apuntaría a lo ilegal, al secretismo o a lo bochornoso o embarazoso. Pero esta arista opaca nuestra necesidad de vida privada. Un ejemplo de esta necesidad se da al ir al baño y cerrar la puerta donde nadie cuestionaría esto, bajo el pretexto de que estas haciendo algo ilegal ¿no? Estas prácticas cotidianas prueban que la privacidad es un principio que nos permite actuar como individuos en un espacio social.

La privacidad es un valor democrático. Representa el pensamiento libre y la independencia. Los estudios demuestran que las personas cambian su comportamiento cuando se sienten vigiladas.Y modican sus acciones oara evitar destacar o llamar la atención. Actúan y se expresan menos libremente. Trevor Hughes, CEO de la Asociación Internacional de Profesionales de la Privacidad, IAPP, tiene una buena explicación de la importancia de la privacidad:

“Como seres humanos, buscamos la soledad cuando nos sentimos vulnerables. A veces, esto está relacionado con la vulnerabilidad física. Buscamos excluirnos de nuestras sociedades cuando estamos enfermos, o en momentos de riesgo particular  (dormir, ir al baño, sexo, etc.). Pero también buscamos excluirnos cuando nos sentimos emocionalmente vulnerables. Buscamos espacio privado para explorar nuevas identidades o ideas “.

La privacidad es un requisito previo para que las personas puedan actuar de manera independiente y libre. Una vida privada asegura que cada persona puede crear su propia identidad única y determinar la dirección de su accionar. El derecho a la intimidad es un prerrequisito para una democracia activa [1].

La privacidad es el prerequisito para la innovación y la creatividad. Como dijo la profesora de derecho, Julie E. Cohen:

La innovación requiere espacio para trabajar, y por lo tanto prospera más plenamente en un ambiente que valora y preserva los espacios para el retoque.

Ciertamente pareciera que valoramos la conveniencia y entregamos nuestro control y privacidad, una idea que debemos repensar. Así como olvidamos que puede usarse nuestros aparatos privados (para el hogar y nuestra condición física).

Este post está basado en en un artículo publicado por Techcrunch.