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Nueva tecnología de internet controlaría la corrupción y arrebataría el monopolio de información a los poderosos

Blockchain, o cadena de bloques, es un libro abierto. Un registro de acontecimientos digitales que es compartido por muchas partes. Si se agrega información, se actualiza para todos. Pero además no puede ser cambiado por personas particulares. El doctor en nanotecnología Reoy Tzezana y el desarrollador Bryan Behlendorf explicaron cómo esta tecnología puede devolver el poder a la gente.

Para entenderlo mejor, se puede pensar en un caso particular: Linux. Es una plataforma de código abierto, lo que significa que todos sus usuarios pueden contribuir a su desarrollo ya que permite la experimentación sin poner en riesgo la pérdida de procesos. Un desarrollador puede tomar una parte del código y desarrollarlo, aportando información sin alterar la base. El código original no se pierde.

Linux es muy distinto a, por ejemplo, Microsoft. La empresa creada por Bill Gates tiene una oficina donde se desarrolla el software por unos pocos, y luego se pide a sus usuarios que actualicen a una nueva versión sin tener parte directa en el proceso. Ese cambio de paradigma puede llevarse a áreas fuera de la computación, como la política.

¿Está vigente la democracia?

Definida como el “gobierno de todos”, en teoría debería darnos representantes que nos identifiquen y tengan nuestra confianza. Pero eso ya no es necesariamente así. Roey Tzezana, doctor en nanotecnología, citó un estudio de la BBC que concluyó que el congreso estadounidense tenía un sesgo favorable a los más ricos en sus decisiones. Un gobierno para unos pocos es una oligarquía, no una democracia. El nanotecnólogo cree que esto se debe al agotamiento de la democracia.

“Hace muchos años las personas entregaron el poder a representantes para asegurar bienes como la justicia y el orden”, expuso Tzezana. Pero en un mundo con telecomunicaciones se perdió la credibilidad en los gobiernos, que pueden incluso manipular la información para sus propios intereses.

El desarrollador Bryan Behlendorf explicó que para las autoridades es fácil adulterar datos porque son los gobiernos los que tienen centralizada la información. Pero los softwares de código abierto dan otra opción porque permiten la descentralización. “La red mantiene los hechos y la verdad de lo que se ha hecho”.  De esa forma se puede fiscalizar a empresarios y autoridades sin que éstos puedan alterar los hechos.

Poderosos en la mira

“La cadena de suministros de diamantes tiene muchas partes, y con blockchain se podría rastrear el origen de cada joya. Así sería más fácil sacar del mercado a los diamantes de sangre”, dijo Behlendorf. Si cada parte de la cadena de suministros detallara sus acciones en un software blockchain, sería muy claro cuáles piedras se extrajeron de forma anti-ética. Lo mismo se puede aplicar a cualquier tipo de empresa, protegiendo a todas las partes.

Behlendorf expuso que en India se ha implementado la identidad digital, permitiendo el acceso a mejores servicios y salud. El problema es que esa información está centralizada y se presta a posibles violaciones a la intimidad. Con blockchain eso se podría revertir. Incluso se podría hacer llegar peticiones de las personas a sus legisladores para influir en política y tener mayor representación.

Un nuevo modelo

Tzezana, que también es investigador, cree que la tecnología blockchain puede ir incluso más lejos. “Las naciones no cambian tan fácilmente porque los poderosos no se desaferran del sistema que los beneficia”, dijo el doctor en nanotecnología. Pero la tecnología sí cambia rápidamente. Tzezana se preguntó quién gobernará en el futuro y llegó a la conclusión de que el sistema político, las naciones, se verán obligadas a cambiar.

El investigador explicó que ahora la democracia se ha desgastado por los monopolios. Un nuevo internet podría debilitar el poder centralizado, pero eso requiere mucha seguridad. Hay que “permitir que el pueblo haga el trabajo, que los gobiernos no puedan observarnos”, dijo Tzezana.

Agregó que ya existen plataformas para almacenar datos con tecnología blockchain, abandonando la necesidad de que un Estado centralice la información. Cree que así se podría acceder a mejores servicios que los que ofrece un gobierno territorial, y que se podría experimentar con diferentes regímenes de gobierno. Incluso podrían crearse nuevas comunidades basadas en ideologías, religiones, cultura, etc.

“Organizar personas puede traer cosas maravillosas o terribles”, reconoció Tzezana. Por eso es importante repensar constantemente el entorno, unirse y experimentar. Advierte que si no lo hacemos, alguien más lo hará de todas maneras.

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