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¿Qué hay de nuevo para Chile en las licencias Creative Commons 4.0?

 

Tras dos años de arduo trabajo, Creative Commons lanzó su versión 4.0, que trae cambios que las hacen más globales y más fáciles de utilizar. Conversamos con Juan Carlos Lara, Director de Contenidos de la ONG Derechos Digitales e investigador sobre temas de propiedad intelectual, para que nos cuente sobre esta nueva generación de licencias y cómo impactan en Chile.

El sitio global de CC dice que esta generación de licencias es la más flexible y más sencilla a la fecha. ¿En qué se nota eso en comparación a sus versiones anteriores?

La sencillez se nota en la redacción. Aunque la licencia sigue siendo un contrato — en lenguaje legible para abogados — es más entendible porque en esta versión se incluyó a colaboradores de distintos perfiles, sin formación jurídica. Esto también ayudó a flexibilizar puntos sensibles, como facilitar la atribución, aclarar la compatibilidad entre distintas versiones de licencias, o las nuevas razones para terminar una licencia por incumplimiento de sus condiciones.

Uno de los cambios que hace ser más global a esta generación 4.0 es que ahora no hay “porting”. ¿Qué significa ésto? ¿Qué impacto tiene a nivel local?

“Porting” es como se conoce a la adaptación de las licencias a versiones nacionales, en una traducción tanto idiomática como legal, ya que se ajustan a la lengua y a la normativa local.

Hasta la generación 3.0 hay una versión “unported” (internacional) y muchas “porteadas” nacionales, como la 3.0 chilena. La licencia 4.0 intenta hacer innecesario ese proceso al presentar una traducción oficial por idioma, lo que no impide que más adelante aparezca una argentina, mexicana, chilena, etc. El impacto es mínimo en cuanto a la tradición de compartir. Sí es relevante en cuanto a profundizar la uniformidad de condiciones a nivel mundial.

Y qué pasa si alguien prefiere mantener su licencia previa (2.0 y 3.0), ¿siguen vigentes?

Sí, continúan vigentes para quienes las usan, tanto para licenciar contenidos propios como para compartir contenidos ajenos. Además, si alguien necesita una licencia más chilena y menos global, puede usar 2.0 y 3.0 nacionales con total vigencia.

Como punto adicional, cuando uno usa una obra licenciada, lo hace en virtud de esa licencia en ese momento. Por ejemplo, si bajas un disco Atribución-No Comercial-Obra derivada y después el artista cambia la licencia, tu copia sigue protegida por la licencia anterior y puedes darle los usos que estén permitidos en esa licencia.

¿Algo puntual que quieras destacar de esta nueva generación para el contexto chileno?

Para Chile y para el resto del mundo, la llegada de una nueva generación de licencias CC es una oportunidad para actualizar nuestras prácticas relacionadas con la cultura y el conocimiento. En especial en Internet, donde las fronteras aún son de escasa relevancia en la circulación de contenidos.

Acogernos a reglas para que compartir sea cada vez más fácil, a herramientas cada vez más útiles, nos permite aprovechar todo el potencial de la red. En otras palabras: ahora es muchísimo más fácil compartir con el mundo entero. Y eso merece ser celebrado.