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Reimaginando el trabajo: autoría colaborativa, coordinación y control de versiones I

Paradojas de la nueva herramienta

Una de las paradojas del cambio tecnológico es que a medida que se introducen nuevas herramientas, las personas a menudo se aferran a sus herramientas y prácticas existentes.

Es una paradoja porque las nuevas tecnologías pueden ser muy beneficiosas, y aun así nos resistimos a incorporarlas a nuestra rutina diaria.

Como personas, no toleramos las pérdidas demasiado bien. Si perdemos una tecnología en la que hemos llegado a confiar, incluso para reemplazarla por una versión mejor, puede considerarse una gran fuente de problemas.

También es común que la mayoría de las herramientas que encontramos tienen un beneficio marginal. Los beneficios pueden ser escasos debido a las curvas de aprendizaje pronunciadas o las molestias de utilizarlas. En ocasiones, somos capaces de reconocer mejores resultados a través de la experimentación, a través de una visión a largo plazo o cómo un uso más extendido puede beneficiar a grupos de interés más diversos. Eso ayuda a que las aproximaciones iniciales a una nueva tecnología merezcan más la pena.

Vivimos con una gran mezcla de nuevas y viejas tecnologías en la vida diaria. Cada una tiene distintos grados de complejidad y sofisticación, y esto genera muchos conflictos, en especial cuando intentamos ordenar y normalizar nuevas prácticas de trabajo.

¿Cuales podrían ser algunos de los mecanismos para resolver conflictos evitables y redirigir nuestra atención, trabajo y hábitos hacia intercambios más productivos y satisfactorios personalmente?

¿Existen tecnologías que pueden servir como indicadores para identificar las incoherencias de las interacciones sociales, nuestros valores y los nuevos principios de trabajo para facilitar el ajuste entre la tecnología y la vida diaria?

Autoría colaborativa

La autoría colaborativa y la revisión de documentos es una de esas áreas en la que las prácticas de trabajo pueden converger, entrar en conflicto, y se dan como indicador para la clasificación de nuevas soluciones de cambio.

Considere lo complicado que es colaborar como un grupo en un documento. Existen diferentes modos de redactar instrucciones, distintas elecciones de palabras, estructura, formato y diseño. Si añadimos los numerosos modos en los que podemos compartir, intercambiar, comentar, validar y supervisar dichos cambios, se convertirá rápidamente en algo sorprendentemente complicado. Además, como el tamaño de un grupo de colaboración aumenta, la comunicación interna del grupo y los conflictos entre las versiones se intensifican.

A pesar de todas estas complicaciones, aún conservamos muchos de los vestigios de los rastros de papel, archivos de oficina y herramientas de creación de documentos que usamos hace una década. Con la excepción de la edición en tiempo real (por ejemplo http://etherpad.com/ y su descendiente Google Docs), aún no hemos adoptado herramientas que 1) sirvan para el propósito de minimizar conflictos entre versiones en entornos de autoría distribuida, 2) conviertan las estructuras organizativas genéricas en una variable explícita de los procesos de colaboración, 3) nos permitan capturar la metainformación de nuestro trabajo y los procesos creativos para proporcionarnos una mejor perspectiva de nuestro trabajo, y 4) coordinen las diferentes tareas que implica la creación de documentos y lo conviertan en un duradero operador móvil de significado.

Cada una de estas cuatro áreas son puntos conflictivos para los que colaboran y comparten documentos en su vida cotidiana. Los documentos creados en colaboración representan un tremendo esfuerzo transaccional, y esto frecuentemente amplifica los conflictos emocionales que surgen al reconciliar diferentes valores culturales y organizativos, estilos de trabajo y diferentes habilidades técnicas. Queremos continuar con lo que conocemos, porque sabemos que funciona razonablemente bien. Pero muchas veces, una nueva herramienta puede ser mejor simplemente porque reduce los esfuerzos inútiles o la molestia que normalmente sufrimos.

¿Qué ocurriría si las técnicas de coordinación de la codificación colaborativa usadas por los programadores fueran aplicadas a otras disciplinas y estilos de organización? ¿Qué pasaría si el valor principal de la resolución de conflictos entre los guiones de ordenador se pudiera aplicar a manuscritos de humanidades, presentaciones Power Point, mapas y propuestas de subvenciones?

Codificación colaborativa

Una consecuencia del movimiento de software de código abierto es la adopción de métodos de colaboración distribuidos para mantener y desarrollar guiones de programación. Los programadores necesitan herramientas para colaborar de forma remota, y como los proyectos de código abierto no siempre los gestiona una autoridad centralizada, los colaboradores necesitan modos de resolver las diferentes formas de conflicto. Y como los ordenadores y otras máquinas ejecutan procesos lógicos, tienen una baja tolerancia con los errores de guión y otros conflictos. Los programadores necesitan el control de versiones para identificar nuevos errores, solucionar los antiguos y supervisar su progreso. Archivando y guardando cada iteración de un guión en lugar de sobrescribirla, el proceso incremental lo desarrollan diferentes miembros de un equipo trabajando en colaboración en las diferentes partes del guión. Esto distribuye la capacidad de contribuir con una resolución mucho mejor –desde el nivel de todo el documento hasta la letra, palabra o frase individual.

Los guiones legibles por ordenador no son muy diferentes de cualquier otra forma de documento escrito. Esto significa que se pueden usar las mismas herramientas de autoría colaborativa y distribuida para áreas distintas de la informática -desde humanidades hasta diseño gráfico.

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Gabriel Harp 
THE INSTITUTE FOR THE FUTURE

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