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Sociedades en vigilancia permanente – Enrique Dans

Surveillance Bloomberg Businessweek cover

Vale la pena leer el interesantísimo reportaje de Monte Reel que fue portada en Bloomberg Businessweek la semana pasada, It’s not spying if they’re always watching, en el que describe cómo desde principios de este año en Baltimore, la policía se ha dedicado a experimentar con un sistema de vigilancia aérea mediante avionetas, adaptado de los tiempos de la presencia militar norteamericana en Iraq, sin informar en ningún momento a los ciudadanos de la existencia del programa.

La avioneta, una pequeña Cessna equipada con una serie de sofisticadas cámaras, captura hasta diez horas al día un área de unos 80 kilómetros cuadrados y transmite continuamente imágenes en tiempo real a una serie de analistas en tierra, que lo archivan y revisan si es necesario. El sistema, comercializado por la compañía Persistent Surveillance Systems, es utilizado rutinariamente para la investigación de todo tipo de crímenes, desde robos hasta tiroteos, o eventos como manifestaciones o protestas que puedan resultar acompañadas de desórdenes públicos.

El creador de la compañía, que desarrolló en su momento el sistema para tratar de localizar a quienes ponían bombas en Iraq para activarlas al paso de convoyes militares estadounidenses, y que trabajó durante un tiempo revisando desde el aire la actividad de los cárteles de la droga y el crimen organizado en Ciudad Juárez, buscaba una ciudad en la que poder comercializar el sistema para su uso civil y que le sirviera como elemento para convencer a otras ciudades. Describe el sistema como “un Google Earth con función de TiVo”, mapas sobre los que puedes rebobinar.

Aunque la calidad de las imágenes obtenidas no permiten reconocer personas, ni siquiera en muchos casos modelos de vehículos, sí pueden localizar el momento de una explosión o de la comisión de un delito determinado, localizar a las personas o vehículos cercanos, y dar marcha atrás en el tiempo para averiguar datos sobre su procedencia, movimientos previos, etc., y eventualmente, obtener imágenes de calidad suficiente como para practicar una identificación revisando las imágenes captadas por cámaras en tierra en los momentos en que el sistema informa que la persona ha pasado por delante de una o varias de ellas.

Un auténtico ojo en el cielo capaz de seguir las evoluciones de las personas en una ciudad durante horas, que presuntamente no infringe directamente la legislación porque no permite más que seguir a pequeños pixeles no identificados, pero que, adecuadamente coordinado con otros sistemas, permite un nivel de control absolutamente insospechado. Consultado sobre el reportaje tras una rueda de prensa de la policía al respecto, el alcalde de Baltimore respondió a las críticas afirmando que

“Hablamos de tecnología para la seguridad pública: no se trata de espiar o de seguir a nadie, sino de atrapar a aquellos que deciden causar daño a los ciudadanos de nuestra ciudad.”

El futuro es esto. Ciudades monitorizadas de manera constante desde el aire y desde todas partes utilizando combinaciones de cámaras y sensores ubicuos, de manera cada vez más precisa a medida que el desarrollo tecnológico lo permite. Las redes de cámaras en tiendas, propiedades privadas y lugares públicos ya pueden permitir descubrir  la identidad de una persona incluso aunque su rostro no se vea claramente o esté oculto, utilizando patrones biométricos que alimentan algoritmos de machine learning y comparan con otras imágenes obtenidas en otros momentos. La biometría ha generado un ecosistema en el que lo primero que va a hacer nuestro iPhone si nos lo roban es transmitir las huellas, imágenes, vídeos o audio de la persona que lo tiene, por si pueden ser utilizadas para su identificación.

¿Un mundo más seguro? ¿Una pesadilla orwelliana? ¿La prolongación hasta el infinito de aquel razonamiento que afirmaba que “si no tengo nada que ocultar, no tengo nada que temer“? Las percepciones de la sociedad sobre este tipo de temas están evolucionando a gran velocidad, a medida que la tecnología ofrece nuevas posibilidades. ¿En qué dirección crees que lo están haciendo?