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Claudio Ruiz, de Derechos Digitales: “Las políticas públicas de estrategia digital han resultado fallidas”

Por: Sentidos Comunes

Es abogado de la Universidad de Chile y presidente de la ONG Derechos Digitales, que se dedica a la defensa, promoción y el desarrollo de los derechos humanos en el entorno digital desde el interés público.Fue entre los años 2004 y 2005, cuando junto a un grupo de miembros del CEDI comenzaron a preocuparse por la implementación de las licencias Creative Commons (CC) de derechos de autor en la legislación chilena.

Hoy sus batallas son la libertad de expresión en internet, la privacidad y los datos personales, los derechos de autor y el acceso al conocimiento. Y ahora pelean para que el desconocido TPP se discuta de forma abierta, ya que éste acuerdo comercial entre 13 países, podría llevar a Chile a tener estándares mucho más altos en materia de derechos de autor. Este es Claudio Ruiz, el defensor del usuario.

¿Qué es la ONG “Derechos digitales” y cuál es su misión?

Es una organización chilena, sin fines de lucro, cuya misión es la defensa de los derechos fundamentales, en el entorno en línea. Los temas que trabajamos son: libertad de expresión en internet, derechos de autor, cultura, privacidad y datos personales. Derechos Digitales surge cuando nosotros visualizamos que existe una tensión entre derechos fundamentales y las nuevas tecnologías, que eran casi siempre resueltos en sede de intereses económicos. Había expertos en Chile, pero no eran expertos vinculados con estudios de abogados. Fue así como en el año 2004 creamos Derechos Digitales desde la Universidad de Chile.  En paralelo trabajo para Creative Commons (CC), que es una corporación sin fin de lucro norteamericana, que propone la masificación de licencias  libres para efectos de poder utilizar internet como método de distribución abierta y generar una apertura más colaborativa.

¿Cuál ha sido la evolución y cuáles han sido las batallas íconos donde han participado?

Yo diría que en un principio no entendíamos mucho. No había institucionalidad respecto a estos temas, y por tanto, todas las cosas que tenían que ver con regulaciones, que afectaban derechos fundamentales, estaban vinculados con proyectos de ley específicos. Yo diría que uno de los hitos más importantes fue el 2007 en el gobierno de Bachelet, donde se intentó reformar la ley de propiedad intelectual de manera sustantiva con una reforma que apuntase hacia el acceso. Fue muy importante porque la ley de propiedad intelectual chilena data del año 1970 y eso tiene un montón de complicaciones como por ejemplo que bajo el alero de ese estatuto legal nuevas tecnologías que no existían en la época y que hoy día existen, son consideradas ilegales.

Hay ciertas prácticas que son comunes, aceptadas que las hacemos todo el día, que son consideradas ilícitas por la ley de propiedad intelectual. Ese fue un hito super importante porque nosotros participamos activamente en esa reforma legislativa, fuimos al congreso, armamos campaña, nos peleamos con la SCD. Hicimos muchas cosas ahí. Y eso nos sirvió para posicionar el tema.

Porque, más allá de las minucias que se consiguieron en esa discusión, y los éxitos que tuvimos allí, creo que lo más importante tiene que ver con cómo desde nuestra perspectiva, tratamos de pensar en los temas vinculados con derechos de autor desde la óptica de los derechos humanos.

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¿Cuál crees tú que es la situación actual en Chile con respecto a la legislación y al derecho fundamental de acceso y libertad de expresión en internet?

La situación actual en Chile la podría separar en dos. Lo primero que es lo que dice la ley y lo segundo, que es ligeramente más complicado, es lo que pasa realmente en Chile respecto a la libertad de expresión en internet. Las leyes protegen la libertad de expresión sin hacer referencia específica a internet y por lo tanto falta una política pública, vinculada con internet, tecnología y derechos que enfrenten el problema de manera un poco más macro.

Hoy día no existe un esfuerzo normativo serio respecto al tema. No es suficiente tener una normativa que se se aplique a los años 70 y 80 y que tiene que ver con los medios tradicionales. Hoy, con la utilización de nuevas formas de comunicación fortalecemos un derecho fundamental como la libertad de expresión. Estoy pensando básicamente en casos como redes sociales, Twitter, Facebook, Google, son plataformas muy importantes, sería ridículo pensarlas de otra forma y son fundamentales para el desarrollo de los derechos de la libertad de expresión. Pero al mismo tiempo, no es mucho lo que nuestra ley dice respecto de que es lo que sucede cuando en los casos más grises, cuando a través de este tipo de mecanismo, se violentan derechos fundamentales.

En Chile falta una política pública vinculada con internet, tecnología y derechos que enfrenten el problema de los derechos digitales de manera más macro. Hoy día no existe un esfuerzo normativo serio respecto al tema.

El caso de Rodrigo Ferrari es un caso súper evidente del entramado legal que lleva a una persona como él a terminar en el tribunal de garantía de Santiago por un problema de libertad de expresión. Eso es grave. Al otro día de la primera audiencia, el caso sale en el diario La Tercera, con un titular a página completa y con una foto de Rodrigo que dice, “El triste fin del abogado que suplantó a Luksic”. El día de mañana cuando alguien piense en crear una cuenta de parodia en Facebook o en Twitter o donde sea, lo va a pensar 40 veces antes de hacerlo porque por una tontera puede terminar sentado en un tribunal. Y ese es un efecto súper perverso desde el punto de vista de la libertad de expresión y no es único de internet, pero en internet se hace mucho más patente, porque es una herramienta que está construida para expresarse.

Lo digo de otra forma, internet no es importante sino en la medida en la cual se ha transformado en una herramienta para el ejercicio de la libertad de expresión. Si no, no nos importaría. Sería solamente para intercambiar fotografías, pero algo pasa, que se ha transformado en una herramienta muy poderosa para expresarse y, por tanto, debiéramos hacer algo respecto de fomentar y proteger ciertos discursos más complejos, discursos críticos, discursos digamos que, no necesariamente tienen el tipo de exposición en el mundo analógico.

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¿Por qué es importante legislar? ¿Por qué el Estado se tiene que involucrar, si finalmente esto es algo que tiene que ver con privados?

Es importante porque en la medida en la cual no legislas, no tienes conciencia de que esas problemáticas existen en el día a día, más allá de lo que dice la ley. Por ejemplo, cuando le quitan nombres de dominio a sindicatos porque utilizan el .cl (punto cl), o utilizan el nombre de la marca de la empresa donde son sindicatos, ocurre una práctica contraria a la libertad de expresión y tiene que haber una ley que de alguna manera pueda resolver ese problema.

Entonces tendríamos que preguntarnos de qué manera, desde el Estado, desde la sociedad civil, podemos contribuir a que estos espacios sean un poco más democráticos más plurales y más diversos.

Creo que es importante  pensar en una legislación específica sobre eso, por que es un problema público, no es un problema privado. Facebook se termina conviertiendo en un espacio público, donde la gente se expresa, y donde de alguna manera, las políticas públicas tienen algo que decir cuando se trata de proteger ese tipo de expresión. Para las personas que no son nativos digitales, plataformas como Facebook son muy importantes. Nosotros tenemos otras cosas, podemos abrir un Twitter,  tener un blog, podemos hacer miles de cosas. Pero para la gran masa de gente que están recién integrándose en esta ola de tecnología, esos son lugares súper amistosos.

Entonces tendríamos que preguntarnos de qué manera, desde el Estado, desde la sociedad civil, podemos contribuir a que estos espacios sean un poco más democráticos más plurales y más diversos.

¿Crees que existe la voluntad de construir una agenda digital en un futuro gobierno?

En Chile existió en algún momento esta idea de tener una agenda digital. De hecho, fue una propuesta de los gobiernos de la Concertación, que básicamente tenía como objetivo pensar en un plan estratégico respecto del desarrollo digital de Chile. Para poder entender internet y las nuevas tecnologías, las políticas públicas de estrategia digital han resultado bien fallidas, aun habiendo una cierta estructura política y un secretario ejecutivo de estrategia digital. Pero este personaje cada vez fue tomando menos protagonismo en la discusión pública porque la figura no tenia peso político.

Lamentablemente en el gobierno de Piñera, todo eso mutó y de hecho hoy día ya no existe ningún tipo de institucionalidad. Hay una algo que se llama desarrollo digital, que nadie sabe lo que hace. No hay un plan. Entonces, veo con mucha desazón que se haya desarmado esta idea de tener un eje de mediano plazo en el desarrollo digital y que no hayan habido cambios sustantivos en la materia.

Chile no participa en foros internacionales. El jueves me voy al “Internet Governance Forum” que es el foro multistakeholders organizado por Naciones Unidas, donde se encuentran empresas, sociedad civil y gobiernos a pensar en la forma de la governanza de internet Yo fui al anterior y solo habíamos dos personas que estábamos por Chile, en cambio asistieron 50 funcionarios del gobierno brasileño, lo cual demuestra cuales son los intereses de los países en la  materia.

Chile no tiene ningún tipo de política pública a nivel internacional vinculada con estos temas. En estos foros internacionales es donde se toman las decisiones más  importantes desde el punto de vista de cómo internet se gobierna y funciona y  Chile no tiene ningún tipo de influencia ahí y esa eso es lamentable, porque el IGF es una instancia que no es de gobiernos, es una instancia participativa, una instancia que fue generada por la ONU para efectos de generar lazos, consensos.

No basta solamente con tener una autoridad ad hoc, se requiere institucionalidad, que podría ser una subsecretaría o un ministerio. Pero algún tipo de institucionalidad que de alguna forma le de sustento político a la toma de decisiones vinculadas con esta estrategia digital y esta estrategia debiera estar estrechamente vinculada con los intereses de todos los actores en juego. No solamente el interés, político, sino que también el interés de la industria y de la sociedad civil. Para esto es importante elaborar un tipo de foro o estructura de participación que te permita, participar en esta agenda o colaborar en la generación de esta agenda.

Creo que una agenda o una estrategia digital de futuro debiera entender también, que esto no se trata solamente  de tecnología o de fierros, esto se trata también de cómo ayudamos a que la tecnología se transforme en un lugar muy importante para el desarrollo de derechos fundamentales y donde sean nuestros derechos son los que estén sobre la mesa, y no necesariamente, oportunismos políticos.

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En Chile se pueden bajar películas, libros, música, sin pagar nada ni nadie te va a decir nada. No te va a llegar una carta, ni menos va a llegar la policía, a menos que bajes pornografía infantil. ¿Hasta cuándo durará esta libertad? ¿Cuál es el estado de los Creatives Commons en Chile y de los derechos de autor?

Respecto del intercambio de archivos en internet frecuentemente se piensa que la ley es quien va a resolver ese problema, más regulación, más protección, más delitos, más cárcel, en fin. Pero yo tiendo a pensar que es darle demasiada importancia a la ley en aquellos casos en los cuales no debiera tenerla. Yo estoy cada vez más convencido de que el tema de la piratería en internet  es un tema de mercado, antes que un problema legal y tiene que ver, con que existen modelos de negocios en los cuales la industria del entretenimiento y del espectáculo han funcionado en los últimos 80 años y con la masificación de internet brutal, en los últimos 10, 15, ha puesto a la industria en un jaque radical. La industria de la música es un ejemplo super claro. Ellos ven la ley como un ente que protege los modelos de negocios del pasado y que muchas veces no se ajustan a la actual realidad.

El ejemplo de las descargas de películas, es un súper buen ejemplo. Netflix llegó a Chile el año pasado. Itunes llegó a mediados del año pasado y antes de eso, lo que había, era una necesidad imperiosa de ver películas y la única forma de verlo era en el canal 13 desfasado dos años. La realidad actual no es esa, hoy si quieres ver películas en tu tablet, en el metro, en tu pieza, la tecnología te permite hacerlo. El problema es que la ley avanza a una velocidad diferente. Yo tiendo a pensar de que muchas veces se sobreestima al rol de la ley. No estoy diciendo con esto que la piratería debería ser legal, lo que estoy diciendo es que muchas veces son problemas de mercado, que intentan resolverse a través de mecanismos de ley como una forma de resolver un problema. En la arquitectura de internet, hay distintas normas que juegan para efectos de poder como construir un lugar donde este tipo de prácticas puedan ser legalizadas de alguna forma.

Pero lamentablemente en materia de derechos de autor, la tendencia es cada vez más restrictiva, y son super malas noticias para los países chicos como nosotros. Son regulaciones que nos llegan de rebote, y hoy día por ejemplo, está el TPP, no es sino la conclusión de la influencia, de las políticas norteamericanas y de la industria del cine, en y del espectáculo y del software, para efectos de tener estándares más estrictos de derechos de autor, sin importar lo que está pasando en la regulación del mercado.

Están intentando entregar  facultades a los prestadores de servicio de internet, para que monitoreen nuestras redes de hogar para ver si es que estamos descargando cosas ilegales o no. Es un mundo bien sombrío diría el del futuro de la regulación si uno la mira como está funcionando el día de hoy.

¿Puedes explicarnos que es el TPP, y por qué es malo para Chile ?

El TPP es un esfuerzo de acuerdo comercial entre 13 países, Chile, Perú y México, EE.UU, Canadá, Australia y países del Asia Pacífico, incluyendo a Japón y genera un gran tratado regional transpacífico, que es un gran TLC. Esto está ahí, está todo bien, no pasa nada.

El problema está en que el TPP se negocia hace dos años de manera secreta. No hay ningún tipo de información pública, corroborada por los gobiernos respecto del contenido específico de lo que se está negociando. Nosotros hemos perdido como ocho requerimientos de transparencia pidiendo antecedentes respecto a lo que se está negociando y la respuesta negativa se debe a que la información  está vinculada con temas de seguridad nacional.

Hoy día no hay ningún tipo de información, no solamente en Chile, sino que a nivel global respecto de lo que se está negociando. Y la única información que tenemos es una filtración informal sobre la propuesta norteamericana en materia de derechos de autor y es a partir de esa información que no ha sido ni desmentida ni confirmada por nadie, por tanto es real, que todas las alertas han surgido no solamente desde la sociedad civil en Chile, sino que a nivel global.

El TPP es un tratado que bajo la excusa de generar un mercado más amplio de intercambio de divisas, se esconden problemas geopolíticos.

El TPP es un tratado que bajo la excusa de generar este mercado más amplio de intercambio de divisas, se esconden problemas geopolíticos. Yo tengo la sensación de que el gobierno de Piñera ha tenido una estrategia bien difusa a nivel internacional. Ha intentado levantar la alianza del pacífico como una alianza regional importante. Ha puesto mucho énfasis en llegar a un acuerdo antes de fin de año sobre el  TPP.

Si uno mira los actores que están involucrados, es una alineamiento de Piñera con el eje de derecha en el continente y tengo la sensación de que el esfuerzo que ha puesto el gobierno de Piñera es una cuestión más bien personal, de firmar un acuerdo importante que es visto como un acuerdo de futuro que va a generar un nuevo estándar a nivel global  de tratados de libre comercio.

Chile no gana nada con esto y va a poner el riesgo en buena parte de lo que ya negoció con todos los países de los cuales ya tiene tratados de libre comercio, lo cual es una súper mala noticia. Más aún si uno no sabe qué es lo que están negociando, y más aún, si esto lo va a firmar, o lo va a cerrar a dos meses de irse de La Moneda. Lo peor de todo es que nuestros parlamentarios tienen idea de cual es el contenido del TPP.

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Y ustedes como ONG, ¿por qué están interesados en este tema?

Nosotros estamos interesados porque lo que se filtró fue el capítulo de la propiedad intelectual, pero antes de eso ya habíamos trabajado en el tema y teníamos la alerta de que eso se estaba negociando. Entendíamos que aqui podia haber temas importantes. Más todavía cuando EE.UU, de manera progresiva, cada vez que puede presionar a nuestro país para efectos de tener estándares más altos en materia de derechos de autor. Chile sale en la lista roja anti piratería todos los años y a EE.UU le urge que en Chile aumenten las penas, no le gusta el sistema de notificación y bajada que quedó en la ley, en fin.

Por tanto, era obvio que el tema de propiedad intelectual iba a estar presente en el  TPP y aún más obvio que hoy, los temas vinculados con internet también iban a estar presentes. Entonces tenemos que estar ahí, defendiendo.

En EE.UU hay muchos movimientos y organizaciones que han trabajado en temas de patentes farmacéuticas, por ejemplo. Y temas de propiedad industrial. Porque el TPP tiene mucho que decir respecto de un nuevo estándar en materia de protección farmacéutica y que pueda echar por tierra mucho del negocio de la industria de los medicamentos genéricos en Chile. Entonces hay muchos problemas vinculados.

En Chile hay muy pocos movimientos de organizaciones sociales, por más que hemos creado una plataforma que se llama http://tppabierto.net/, que pretende dar información en español respecto. Pero hay muy pocas organizaciones que estén involucradas, o que de verdad quieran trabajar en esta cuestión a nivel global. Por que el TPP todavía es un tema del cual no sabemos.