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Enemigos de Internet 2014: organismos en el epicentro de la censura y la vigilancia

El informe ‘Enemigos de Internet’, que Reporteros Sin Fronteras publica cada 12 de marzo en el Día Mundial contra la censura en Internet, se centra este 2014 en los organismos gubernamentales y las agencias que implementan la censura y vigilancia online.

Estos organismos -entre los que se cuentan la Autoridad de Telecomunicaciones de Pakistán, el Centro Científico y la Agencia de Información Tecnológica de Corea del Norte, el Ministerio de Información y Comunicaciones de Vietnam, y la Oficina Estatal de Información de Internet de de China-, han usado la defensa de la seguridad nacional como pivote para ir mucho más allá de su misión original con el fin de y censurar a periodistas, blogueros y otros proveedores de información.
Tres de las entidades a las que Reporteros Sin Fronteras ha dado el título de ‘Enemigos de Internet’ se encuentran en democracias que tradicionalmente se han jactado de defender la libertad de expresión y el libre flujo de información. La NSA –Agencia de Seguridad Nacional, por sus siglas en inglés- en Estados Unidos, el GCHQ – Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno- en el Reino Unido y el Centro de Desarrollo Telemático de la India no son mejores que sus homólogos de China, Rusia, Irán o Bahréin.
La información online no podría ser espiada ni controlada sin la ayuda de las empresas del sector privado. En el informe ‘Enemigos de Internet’ de 2013, Reporteros Sin Fronteras señala a los mercenarios de Internet, las compañías que ponen sus conocimientos al servicio de los regímenes autoritarios a cambio de sumas de dinero a menudo colosales.
Contratas para la vigilancia
Este año, la organización también enfoca hacia los “concesionarios de la vigilancia”, las ferias y foros que reúnen a empresas especializadas en vigilancia y censura en Internet con los responsables de los regímenes autoritarios. ISS Mundial, Milipol y Technology against Crime se encuentran entre las más conocidas.
Tras revelar sus prácticas atroces, hay que actuar para detenerlas. Con este fin, la organización Reporteros Sin Fronteras ha elaborado una serie de recomendaciones para gobiernos y entidades internacionales, destinadas a reducir los paranoicos excesos de seguridad de los últimos años.
Hay que prestar atención a las prácticas de estos enemigos de Internet, que normalmente operan en la sombra. Hay que alertar sobre ellos a cuantas personas sea posible. Esto es necesario para que los organismos internacionales, las Naciones Unidas, Europa y los tratados que regulan la exportación de tecnología de vigilancia, se centren en estas prácticas y adopten leyes que terminen con ellas cuanto antes. Reporteros sin Fronteras pide a los usuarios de Internet de todo el mundo a que se unan a esta iniciativa.
Puntos clave del Informe ‘Enemigos de Internet’

•    Los “mercenarios de la vigilancia” -ISS World, Technology Against Crime y Milipol-, son auténticos especialistas en interceptar comunicaciones o bloquear contenidos para los gobiernos de Irán, China o Bahréin. O de democracias occidentales como Francia.

•    Rusia ha exportado su sistema de vigilancia SORM a países vecinos. En Bielorrusia, el decreto 60 obliga a los servidores a instalar SORM para funcionar.

•    Irán sigue luchando por el desarrollo de su red interna, Halal Internet, desconectada de la red mundial y desde la que las autoridades pueden ejercer su control absoluto.

•    China, que ya domina Internet con su “Gran Muralla Electrónica”, ha anunciado la colaboración con Irán y ya provee a Zambia de sistemas de vigilancia. En Uzbekistán, es el principal proveedor de módems y routers del país.

•    Numerosos organismos de seguridad nacional se exceden en sus funciones en nombre de la lucha antiterrorista para censurar o espiar. Sucede en Estados Unidos, Reino Unido, Etiopía, Arabia Saudí Rusia, Bielorrusia, Sudán o Colombia, donde una unidad de vigilancia digital ha interceptado miles de mensajes entre periodistas y portavoces de las FARC.

•    En Francia, el parlamento ha aprobado la Ley de Programación Militar, cuyo artículo 20 autoriza la vigilancia de las comunicaciones telefónicas y de Internet a tiempo real, sin la supervisión judicial.

•    En Turkmenistán, Siria, Vietnam o Bahréin, las autoridades controlan la mayoría de las infraestructuras que permiten la vigilancia de Internet. En Siria o en Irán, la velocidad de la señal sirve para controlar la difusión de imágenes e informaciones.

•    En Turquía, las recientes enmiendas a la ley de Internet han transformado a los proveedores de acceso a Internet en en auténticos instrumentos de censura y vigilancia.

•    El último escándalo de vigilancia: el programa “Optic Nerve” destinado a capturar sin ningún tipo de limitación las imágenes de las cámaras web de millones de usuarios de Yahoo.

Recomendaciones de Reporteros Sin Fronteras

El Informe ‘Enemigos de Internet 2014’ de Reporteros Sin Fronteras enumera una serie de recomendaciones destinadas a garantizar las libertades en Internet.
Los hechos demuestran que la vigilancia sigue creciendo y permite identificar a los internautas, sus contactos, su correspondencia y su ubicación. Entre los países autoritarios esta vigilancia conlleva la detención y los malos tratos a defensores de los derechos humanos, periodistas, internautas y demás miembros de la sociedad civil. Las cárceles se han llenado de disidentes defensores de los derechos humanos y las comunicaciones en Internet están cada vez más interceptadas por las autoridades.
A nivel internacional y regional, en el seno de Naciones Unidas y la Unión Europea, la mayoría de las legislaciones nacionales y los marcos jurídicos relativos a la vigilancia en Internet, la protección de datos y la vigilancia en la red, son incompletos e insuficientes para garantizar los estándares internacionales de los derechos humanos. Resulta primordial y prioritario que se adopte un marco jurídico para proteger las libertades en Internet, tanto para abordar el problema de la vigilancia en general, como para regular la exportación de herramientas de vigilancia por parte de empresas privadas.