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Las limitaciones de comunicarse por SMS o Whatsapp

Cada vez nos comunicamos más y hasta resolvemos nuestras diferencias a través de programas de mensajería en vez de hacerlo cara a cara, pero ésta forma de comunicación tiene más limitaciones que las aparentes.

Sherry Turkle, psicóloga del MIT, de hecho sostiene que esta tecnología convierte a los niños en comunicadores deficientes.

Jajaja

Las deficiencias de la comunicación a través de mensajes quedan de manifiesto, por ejemplo, con la risa. Al reírnos por mensaje no podemos comunicar la intensidad, la inflexión o la intención. De modo que un simple “jajaja” puede ser escrito de diversas maneras para añadir esta información de un modo tosco.

Por ejemplo, si la risa es sardónica o sarcástica, a veces se usa el “jojojo”. Si se suele responder “jaja” a una broma, escribir “jajajajajaja”, puede denotar que te ha hecho más gracia de lo habitual. “JAJAJA”, quizá sería una broma graciosísima.

Un simple “ok” también puede significar muchas cosas en función del contexto. Si después de una admonición respondemos con un seco “OK”, éste suena despreciativo. No contestar puede ser el epítome del desprecio.

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Lo mismo sucede con los signos de admiración. Un signo puede significar que estás gritando. Dos signos seguidos, o incluso tres o cuatro, pueden significar que estás exclamando. Tal y como abunda en ello Adam Alter en su libro Irresistible:

Todas estas señales comparten una precisión matemática, ya que la cantidad de jas o de signos de exclamación se pueden contar, lo que convierte a los mensajes de texto en la solución ideal para los comunicadores reacios al riesgo, a quienes les preocupa no comunicarse correctamente. La gran parte negativa de todo esto es que nada ocurre de forma espontánea, y casi nada resulta ambiguo cuando sigues las reglas del lenguaje de los mensajes. Las pistas no verbables desaparecen; no hay pausas ni entonaciones ni risas ni risistas que puntúen el mensaje del interlocutor. Y, sin todas estas pistas, los niños no pueden aprender a comunicarse cara a cara.

Para la comunicación resulta fundamental ver la cara del otro, porque es la única manera de recibir feedback continuo y preciso del efecto de nuestras palabras en el interlocutor. Es de esta manera como vamos afinando nuestra empatía. Si no la cultivamos, nos resultará más fácil ser crueles o desconsiderados.

Si bien los emoticonos o emojis sirven para ofrecer más información de lo que decirmos, todavía es insuficiente, meras cristalizaciones de la gestualidad siempre cambiante de las personas. El cómico Louis C. K. lo explicaba así en una entrevista concedida a Conan O´Brien en el año 2013 al referirse a los niños que hablan a través de pantallas:

Todos sabemos que los niños son crueles. Lo son porque están probando. Miran a un niño y dicen: “Estás gordo”. Y ven que la cara del otro niño se arruga y piensan: “Uy, no sienta muy bien hacer que alguien ponga esa cara”. Pero cuando escriben: “Estás gordo”, piensan: “Esto mola. Me gusta”.

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