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Obama anuncia “mejores controles” pero no el fin de los programas de espionaje

 

Barack Obama

Estados Unidos ha vivido, en los últimos meses, uno de los mayores escándalos gubernamentales desde el caso Watergate o las filtraciones de WikiLeaks. Los documentos de la NSA filtrados por Edward Snowden han dibujado a una NSA que ha dilapidado la privacidad de los usuarios de todo el mundo y tiene capacidad para interceptar mensajes, llamadas o, incluso, colarse en los servidores de Google. Tras todo el escándalo, el presidente Barack Obama había convocado hoy una rueda de prensa en la que anunciaría las medidas que llevaría a cabo su gobierno para frenar el escándalo alrededor de los programas de espionaje.

El arranque de la intervención de Obama se centró en la necesidad de los servicios de inteligencia como salvaguarda del país. El presidente mencionó las dos grandes guerras mundiales y la guerra fría como conflictos en los que el espionaje y los servicios de inteligencia jugaron un papel clave y también dotaron a Estados Unidos de una gran capacidad técnica en este campo; una ventaja técnica que ahora aplican a los retos que el terrorismo plantea y que, quizás, podrían haber evitado el 11-S.

El 11-S golpeó profundamente el país y mostró que el país era vulnerable. Los terroristas del 11-S usaron comunicaciones móviles y, quizás, se podría haber evitado todo si la comunidad de inteligencia hubiesen contado con recursos e información. En vez de averiguar de dónde procedía un ataque, las fuerzas de seguridad se centraron en evitar que se produjeran ataques; las agencias son capaces de realizar el seguimiento de los terroristas, con quién se relacionan y toda la información se comparte rápidamente. Estados Unidos comparte información con sus aliados rápidamente y se han desbaratado ataques tanto en el país como en el extranjero.

Obama: “There is a reason why blackberries and iPhones are not allowed in the White House Situation Room. ”

— James Ball (@jamesrbuk) enero 17, 2014

 

En este afán por la seguridad, Obama reconoció que el Gobierno comete errores; el presidente reconoció que fue crítico con la administración Bush por las torturas y los interrogatorios y también se detectaron errores en los programas de inteligencia. Efectivamente, Obama detectó errores pero decidió no parar estos programas porque consideró una ventaja táctica la capacidad computacional de sus servicios de inteligencia y la posibilidad de extraer información de manera masiva para “prevenir posibles ataques”. En un mundo sustentado sobre comunicaciones digitales, es vital poder extraer información y, por ello, Obama ordenó que se mantuviesen las actividades aunque aseguró que se ajustaron los controles.

Dentro de su discurso, Obama defendió con énfasis los programas de espionaje y a la NSA, aseguró que la comunidad de inteligencia es íntegra y trabaja por y para la seguridad del país aunque, eso sí, la capacidad tecnológica del país arroja nuevos desafíos para mantener la seguridad y garantizar los derechos de los ciudadanos y si se han cometido errores, estos se han solventado rápidamente.

El presidente de Estados Unidos hizo referencia directa a Edward Snowden y sus filtraciones. Básicamente, criticó su comportamiento porque el mecanismo de la seguridad nacional se sostiene, en gran medida, por la fidelidad de los que trabajan en el seno de la comunidad de inteligencia y, por tanto,su comportamiento ha sido desleal con la seguridad del país.

Según Obama, EEUU no puede desbaratar planes terroristas si no puede penetrar las comunicaciones digitales, por tanto el país debe estar capacitado para hacerlo aunque muchos de sus aliados se hayan “asombrado” con las revelaciones de Snowden. Sin usar la palabra “hipócrita”, el presidente disparó contra los países que se han indignado por los programas de espionaje y que, sin embargo, se han nutrido de los datos de la NSA y también trabajan para desarrollar sus propios programas.

Debo reconocer que, para ser la nación que alumbró Internet (algo que se recoge al final del discurso de Obama), sorprende mucho que la Casa Blanca traslade el asunto de la privacidad a las empresas que operan en la red. Según comentó Obama en su discurso, la privacidad no es solamente una cuestión del gobierno porque los ciudadanos confiamos datos a compañías como Facebook o Google.

 

NSA Logo

End the Lie

 

Las medidas de Obama

A pesar de todas las críticas, Barack Obama seguirá adelante con los programas de espionajeporque considera que son parte de la columna vertebral de la seguridad nacional de Estados Unidos y también de la seguridad del mundo. Justificando que, gracias a estos programas, se han evitado ataques terroristas en el país y en el extranjero, estos seguirán adelante.

Para intentar paliar las críticas de los ciudadanos, Obama pondrá en marcha algunas medidas que buscarán revertir la opacidad de estas actividades y dotarán de algunos controles y garantías adicionales a los programas y los datos recopilados:

  • Los programas de inteligencia se regirán por un plan anual, a través de una orden presidencial, que marcará los objetivos de trabajo y marcará un equilibrio entre la seguridad nacional y la privacidad de los usuarios.
  • Obama ha prometido reformar los programas y procedimientos que siguen los servicios de inteligencia para garantizar los derechos de los ciudadanos estadounidenses y evitar la opacidad de estas actividades. Según el presidente, el Director Nacional de Inteligencia estará encargado de la desclasificación de la información del tribunal encargado de los programas de inteligencia, claro está, si son viables y le pedirá al Congreso la creación de un panel asesor que defienda los intereses de los ciudadanos ante este tribunal.
  • El Fiscal General y el Director Nacional de Inteligencia reciben el encargo de establecer mecanismos adicionales de control que permitan recopilar información e interceptar conmunicaciones entre estadounidenses y extranjeros en casos de terrorismo. Si bien estas actividades ya se realizaban, parece que la intención es que existan mayores garantías en este tipo de intercepciones.
  • El Gobierno de Estados Unidos promete mayor transparencia en las peticiones que se realizan a las empresas; salvo que el secreto sea necesario porque la investigación esté en curso, las empresas podrán informar del número de peticiones de información que reciben y se evitarán los “secretos de carácter indefinido”.

Obama ha hecho mucho énfasis en los metadatos procedentes de las llamadas telefónicas; haciendo referencia a que el 11-S se pudo evitar y que Estados Unidos no espía a la “gente corriente”. El presidente comentó que no se graban las llamadas telefónicas y solamente se extraen datos como la duración, origen o el destino pero, para evitar que toda esta información pueda abrir la puerta al abuso, la información procedente de las llamadas telefónicas dejará de ser custodiada por la NSA y será gestionada por un tercero que garantice la correcta utilización de las mismas.

Evidentemente, el proceso no es simple y parece que tampoco es intención paralizar la actividad así que, según comentó Obama en su discurso, se acotará el seguimiento a los sospechosos de terrorismo y hasta un máximo de 2 niveles de conexión. Además, el acceso a esta gran base de datos de información solamente se realizará mediante autorizaciones judiciales o situaciones de emergencia que serán autorizadas por el Fiscal General.

Microsoft

Estados Unidos sigue adelante con sus programas de espionaje

El resumen de la intervención del presidente Barack Obama es, en mi opinión, bastante curioso.

Estados Unidos seguirá interceptando llamadas telefónicas y, por tanto, continuará con sus programas de espionaje porque lo consideran un pilar de su estrategia de seguridad nacional. De hecho, las reformas que Obama ha anunciado no paran estos programas, el objetivo es establecer ciertas pautas que intenten frenar el descontrol y enfoquen la recopilación de datos en actividades relacionadas con la seguridad.

Evidentemente, las revelaciones de Snowden han afectado a las relaciones de Estados Unidos con otros países y también han generado malestar entre los ciudadanos. El discurso, tan políticamente correcto, tenía como objetivo tranquilizar y, en cierta forma, las medidas anunciadas siguen esta senda de que “los controles” evitarán los abusos aunque Estados Unidos seguirá recopilando datos (aunque sigan diciendo que no espían a la “gente corriente”).

Es cierto que se establecen controles y, si realmente se cumple, los ciudadanos extranjeros serán tratados igual que los estadounidenses en lo que se refiere a las escuchas y la recopilación de datos. En términos generales, se elimina algo de opacidad y las empresas de Internet, por ejemplo, no tendrán que guardar secreto indefinidamente sobre los datos que les requieren las autoridades de Estados Unidos.

Sin embargo, a pesar de todo el debate generado (que, según Obama, hace de Estados Unidos un país aún más fuerte y que lo diferencia de Rusia o China donde no se hablaría de estos asuntos), el Gobierno de Estados Unidos no parece dispuesto a renunciar a ese papel de “gran vigilante” que está a la escucha de todos los datos que se intercambian.

Obama promete una comisión de expertos que estudiarán el equilibrio entre el big data, la privacidad y la seguridad pero, después de todo lo que hemos visto gracias a los documentos de Snowden, me parecen demasiadas promesas de las que se será complicado ver los resultados.