por Yannick Chatelain
“Si piensas que los hackers son sólo un puñado de anarquistas dispuestos a quemar todo porque les divierte, estás totalmente equivocado. Somos mucho peores que eso.” (No One Is Innocent)
Recordatorio de los principios de los hackers
Antes de abordar las diferentes formas que el hacktivismo puede tomar actualmente, vayamos paso a paso para evitar cualquier malentendido. El hacktivismo es un portmanteau – una combinación de los términos hack y activismo. El hacktivista en sentido estricto está estrechamente ligado a la noción de hacker.
Para tener una opinión justa, lejos de los sospechosos habituales, en primer lugar, recordemos los principios fundamentales de los hackers.
Como son capaces de servir de marco filosófico para acciones hacktivistas (incluido el slacktivismo) en la reivindicación y ejercicio de un poder ciudadano responsable.
La diferencia entre el “sombrero negro” y el “sombrero blanco”
En vista del uso con demasiada frecuencia peyorativo del término “hacker”, seamos precisos. No se trataría de poner en la misma cesta a los que ponen sus conocimientos tecnológicos a fines hostiles, a los hackers del “sombrero negro“, y a los que lo ponen al servicio del bien: el “sombrero blanco“.
La ética hacker y sus seis principios
El libro Hackers: Héroes de la revolución informática fue publicado en 1984 por Steven Levy. Fue el primero en centrarse realmente en la cultura hacker y sus principios éticos. Será necesario esperar hasta 2013 para tener una traducción al francés bajo el título L’Ethique des hackers] (https://www.amazon.fr/L%C3%A9thique-hackers-Steven-Levy/dp/2211204104/). Según Levy, la ética de la comunidad hacker sigue seis principios en los que los “sombreros blancos” no se comprometen:
- El acceso a las computadoras -así como a todo lo que pueda ayudar a comprender cómo funciona el mundo- debe ser universal e ilimitado. No dude en arremangarse para superar las dificultades.
- Toda la información debe ser libre.
- Desconfíe de la autoridad – fomente la descentralización.
- Los hackers deben ser juzgados según sus propios criterios, no según falsos criterios como diplomas, edad, origen étnico o rango social.
- Puedes crear arte y belleza con una computadora.
- Las computadoras pueden mejorar nuestras vidas.
En este marco ético, los hackers se preocupan por el interés del colectivo. También están -la mayoría de las veces- en contra de cualquier forma de autoridad que ataque la libertad digital. Luchan contra la censura, la vigilancia ilegítima. Sus acciones podrían describirse como hacktivismo tecnológico.
Más de 30 años después, los principios declarados de Levy siguen siendo válidos. A modo de ejemplo, Elliot Alderson advirtió de las dudosas prácticas del primer ministro de la India, Narendra Modi, que comprometió los datos personales de millones de indios que habían descargado su aplicación móvil personal NA MO. Esta forma de hacktivismo tecnológico es la piedra angular del hacktivismo por varias razones:
- Garantiza que la sociedad civil esté informada de la deriva y de los riesgos tecnológicos a los que está expuesta, tanto si es intencionada como si no. En general, invita -antes de cualquier divulgación al público en general- a las partes responsables a hacer las correcciones necesarias.
- Permite que otras formas de hacktivismo conserven su poder de expresión, como el grupo Telecomix, que garantiza que los Estados no pueden privar a su población del acceso a Internet.
- Define pautas éticas que hacen que la acción sea creíble y legítima.
Pero la ética hacker, va más allá de estos seis principios que la definen. También es portador de una gran innovación social!
“Pensar es decir no.” Alain
Este texto fue publicado originalmente en francés.
por Yannick Chatelain
Recordatorio de los principios de los hackers
Antes de abordar las diferentes formas que el hacktivismo puede tomar actualmente, vayamos paso a paso para evitar cualquier malentendido. El hacktivismo es un portmanteau – una combinación de los términos hack y activismo. El hacktivista en sentido estricto está estrechamente ligado a la noción de hacker.
Para tener una opinión justa, lejos de los sospechosos habituales, en primer lugar, recordemos los principios fundamentales de los hackers.
Como son capaces de servir de marco filosófico para acciones hacktivistas (incluido el slacktivismo) en la reivindicación y ejercicio de un poder ciudadano responsable.
La diferencia entre el “sombrero negro” y el “sombrero blanco”
En vista del uso con demasiada frecuencia peyorativo del término “hacker”, seamos precisos. No se trataría de poner en la misma cesta a los que ponen sus conocimientos tecnológicos a fines hostiles, a los hackers del “sombrero negro“, y a los que lo ponen al servicio del bien: el “sombrero blanco“.
La ética hacker y sus seis principios
El libro Hackers: Héroes de la revolución informática fue publicado en 1984 por Steven Levy. Fue el primero en centrarse realmente en la cultura hacker y sus principios éticos. Será necesario esperar hasta 2013 para tener una traducción al francés bajo el título L’Ethique des hackers] (https://www.amazon.fr/L%C3%A9thique-hackers-Steven-Levy/dp/2211204104/). Según Levy, la ética de la comunidad hacker sigue seis principios en los que los “sombreros blancos” no se comprometen:
En este marco ético, los hackers se preocupan por el interés del colectivo. También están -la mayoría de las veces- en contra de cualquier forma de autoridad que ataque la libertad digital. Luchan contra la censura, la vigilancia ilegítima. Sus acciones podrían describirse como hacktivismo tecnológico.
Más de 30 años después, los principios declarados de Levy siguen siendo válidos. A modo de ejemplo, Elliot Alderson advirtió de las dudosas prácticas del primer ministro de la India, Narendra Modi, que comprometió los datos personales de millones de indios que habían descargado su aplicación móvil personal NA MO. Esta forma de hacktivismo tecnológico es la piedra angular del hacktivismo por varias razones:
Pero la ética hacker, va más allá de estos seis principios que la definen. También es portador de una gran innovación social!
Este texto fue publicado originalmente en francés.
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