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Servicios y privacidad: una buena mezcla

Si te levantaste alarmado esta mañana leyendo las noticias sobre la vulnerabilidad de seguridad de FaceTime, puedes relajarte. La compañía ha deshabilitado temporalmente la fuente del problema, la función de llamada de grupos de FaceTime, el tema estará solucionado en la siguiente actualización, y tú puedes seguir tranquilamente con tu vida sin necesidad de hacer nada. Tomando todos los factores en consideración, Apple y sus productos son todavía la mejor opción para cualquier usuario que valore mínimamente su privacidad.

De hecho, la privacidad se ha convertido en un elemento fundamental en el futuro de Apple. La cotización de la compañía recupera los valores previos a la caída del pasado diciembre, al tiempo que confirma su cada vez más acusada orientación hacia los servicios con el aparentemente próximo lanzamiento de una plataforma de suscripción para juegos y otra orientada hacia la gestión de la salud, además del cada vez más sólido crecimiento de Apple Pay y de otras categorías ya exploradas como contenidos a través de Apple TV, seguros, almacenamiento o apps.

El crecimiento de los servicios hacen que la categoría apunte a convertirse ya en la segunda fuente de ingresos de la compañía tras el iPhone, y posibilita un análisis interesante: que el fuerte enfoque hacia la causa de la privacidad que la compañía está convirtiendo en toda una bandera diferencial frente al resto de las compañías tecnológicas pueda convertirse precisamente en el complemento ideal para su estrategia basada en el crecimiento de los servicios.

Pocas cosas pueden ser un atributo más valorado para los servicios que una percepción adecuada sobre la importancia de la privacidad. En algunos casos, como los datos de salud o los financieros, la cuestión resulta más que evidente. Pero en realidad, un análisis así puede extenderse a lo que uno quiera, sea una plataforma de juegos, una de pagos o, eventualmente, una social: considerando la evolución de las percepciones sobre la privacidad en el mundo actual, es más que posible que se puedan diseñar de manera viable servicios de diversos tipos bajo la premisa del respeto a la privacidad de los usuarios, con una óptica renovada que haga énfasis en que la información que compartes con la plataforma no será recopilada, analizada y vendida al mejor postor.

Una estrategia así podría permitir a Apple plantear la competencia frente a otras compañías no desde un punto de vista puramente tecnológico, sino desde uno de preferencias del cliente: Google, Amazon o cualquier otra compañía puede ser capaz de diseñar una plataforma de gestión de información similar al que puede plantear Apple, pero indudablemente, le resultaría mucho más difícil convencer a los usuarios de que su información no es compartida con nadie y no forma una parte implícita del modelo de negocio que el usuario aceptó en algún momento sin darse cuenta al firmar unos términos de servicio determinados. El planteamiento de Apple en ese sentido es mucho más claro, sencillo y directo, así como el énfasis que la compañía lleva tiempo haciendo sobre ello.

Los servicios los puede ofrecer cualquiera, pero los servicios unidos a una fuerte garantía de privacidad, no. Visto desde el lado de la demanda, ese planteamiento dejaría muy claro que el usuario tiene una opción: entregar su información a servicios de compañías que le plantean monetizarla a cambio de una oferta gratuita, o pagar a Apple y obtener a cambio una garantía de privacidad.

En unos tiempos en los que cada día vamos adquiriendo más conciencia sobre la importancia de la privacidad, la estrategia de Apple de vincular servicios con privacidad podría terminar representando una ventaja competitiva más que interesante, sobre todo ante un posible horizonte en el que la regulación tomase un papel más activo. Servicios y privacidad pueden llegar a ser muy buenos ingredientes en una propuesta de valor. Y decididamente, un cambio muy refrescante en el horizonte.

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