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Tecnostress: cómo los medios sociales nos hacen volver por más incluso cuando nos hace infelices

por Monideepa Tarafdar, Christian Maier y Sven Laumer

Si alguna vez te encuentras con ganas de pasar unas vacaciones porque podrás apagar tu smartphone, entonces quizás estés sufriendo de “tecnostress” de redes (medios) sociales El flujo constante de mensajes, actualizaciones y contenido que las aplicaciones de medios sociales entregan directamente a nuestros bolsillos puede a veces sentirse como una sobrecarga social, invadiendo tu espacio personal y obligándote a responder para mantener amistades.

Pensarías que una respuesta obvia a este problema sería dejar de usar nuestros dispositivos o borrar las aplicaciones. Pero hemos publicado recientemente una investigación que demuestra que, cuando nos enfrentamos a esta presión, muchos de nosotros terminamos hundiéndonos más profundamente y usando nuestros teléfonos con más frecuencia, a menudo compulsivamente o incluso de forma adictiva.

La sabiduría convencional implica que cuando las personas se enfrentan a una situación social estresante, por ejemplo, una discusión con alguien, se enfrentan al estrés distanciándose. Salen a caminar, salen a correr, juegan con sus hijos. Pero cuando las situaciones estresantes se derivan del uso de los medios de comunicación social, encontramos que la gente tiende a adoptar una de dos estrategias de afrontamiento muy diferentes.

Encuestamos a 444 usuarios de Facebook de Alemania tres veces al año para averiguar cómo respondían al estrés de los medios sociales. A veces, como cabía esperar, se desvían o distraen con actividades no relacionadas, como los pasatiempos. Pero contra la intuición, nos dimos cuenta de que era más común que la gente se distraiga a sí misma usando aún más los medios de comunicación social.

Los medios sociales tienen muchas características para mantenernos enganchados

Las aplicaciones de medios sociales y los sitios web son lo que llamamos tecnologías ricas en funciones, lo que significa que hay muchas maneras de utilizarlas. En Facebook, puedes jugar, leer las noticias, planificar unas vacaciones consultando publicaciones relacionadas con viajes o chatear con tus amigos. Cada una de estas acciones se realiza en un contexto diferente y te lleva a un reino diferente dentro de la aplicación. Esto le permite ver una sola aplicación de diferentes maneras.

Así que si, por ejemplo, experimentas el estrés de los medios sociales desde el post de un amigo sobre la crueldad hacia los animales o desde la pérdida de un juego, puedes “alejarte” de ese estrés desviando tu atención hacia algo más agradable y relajante dentro de la aplicación.

Tales desviaciones suenan inofensivas al principio. Pero pueden arrastrarte a un bucle interminable de estrés y de diversión en los medios de comunicación social que te mantiene atascado en la fuente de tu estrés. Esto puede incluso formar un síntoma de adicción, donde constantemente buscas una solución a corto plazo a partir de lo que te está causando problemas a largo plazo. Alarmantemente, nos dimos cuenta de que cuanto más se utilizan los medios sociales, más probable es que se haga esto.

La preocupación por los posibles efectos negativos de los medios sociales ha llevado a los gobiernos a empezar a actuar para proteger a los ciudadanos. Los legisladores estadounidenses han propuesto prohibir las características de los medios de comunicación social que pueden tener propiedades adictivas, como la alimentación de contenido infinito y la reproducción automática de vídeos.

El comportamiento determina los efectos nocivos

Sin embargo, aunque estas funciones pueden estar diseñadas para mantener a la gente usando los medios sociales durante más tiempo, también está quedando claro que es la forma en que la gente usa sus aplicaciones y la forma en que reaccionan a los medios sociales lo que da forma a los efectos dañinos. Si la gente ve a los medios sociales como un destructor de estrés, así como un creador de estrés, entonces es más probable que aumenten su uso en respuesta a la presión que genera.

El primer paso para abordar este tipo de reacción es la conciencia. Si podemos ser más conscientes de todas las diferentes maneras en que nos comportamos en los medios sociales, tendremos más probabilidades de separar los efectos dañinos de los más benignos, y así evitar usarlos de una manera perjudicial.

Así que la próxima vez que te sientas estresado por la tecnología de los medios sociales, tal vez sea mejor colgar el teléfono en vez de buscar refugio aún más en tus aplicaciones. De lo contrario, antes de que te des cuenta, es posible que hayas pasado minutos o incluso horas de tiempo “muerto” sin hacer otra cosa que pasar de una función a otra para desviarte.