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TPP: Cómo afectaría a Chile (para bien y para mal) el mayor pacto de libre comercio del mundo – El Definido

Chile, junto a otros 11 países, firmó el pacto económico que reúne el 40% de la economía mundial. Ahora los parlamentarios deberán aprobarlo o rechazarlo. ¿Los más beneficiados? Los exportadores y productores nacionales. ¿La mayor crítica? Que el contenido se ha mantenido en secreto sin la participación ciudadana y el posible riesgo al alza en medicamentos y salud. 

El lunes, tras cinco años de negociaciones, Chile junto a otros 11 países firmaron el TPP: Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica impulsado por Estados Unidos en la ciudad de Atlanta, tras cinco días de intensa negociación. El TPP busca generar una fuerte integración económica de libre comercio en la región del Asia-Pacífico, uniendo al 40% de la economía mundial (800 millones de personas, el 11% de la población mundial) en un mismo pacto económico.

Los 12 países que lo integran son Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Perú y Chile.

¿El principal objetivo?, abrir mercados a las exportaciones de Estados Unidos y del resto de los países miembros, incluidos los servicios financieros y los productos farmacéuticos. Se estima que el pacto puede aumentar la actividad económica mundial en US$ 200 mil millones anuales. Por otro lado, se dice que el pacto también busca hacer un contrapeso a la influencia creciente de China, o al menos presionarla para que acepte las normas de propiedad intelectual, porque como les contamos alguna vez, son capaces de falsificar ciudades enteras.

El presidente estadounidense Barack Obama dijo que “con más de 95% de nuestros clientes potenciales viviendo fuera de nuestras fronteras, no podemos dejar que países como China escriban las reglas de la economía global”. Y por esta razón se dice que para Estados Unidos el acuerdo era tan importante, ya que se estima que en 10 años, China superaría a EE.UU. como la primera economía del mundo.

Por otra parte, Estados Unidos busca que China acepte las disposiciones del TPP una vez que comience a funcionar. Otros países, como Corea del Sur, también podrían integrarse al proceso y hay seis más que han mostrado interés en entrar al pacto: Colombia, Taiwán, Tailandia, Indonesia, Filipinas y Camboya.

Pero no todo está zanjado. Ahora, el acuerdo negociado deberá ser ratificado por los países miembros y continuar con su revisión legal, luego de lo cual deberá entrar a discusión parlamentaria en los países integrantes, donde el apoyo al TPP no está garantizado.

¿Qué hace el TTP?

El pacto comercial reducirá las barreras arancelarias (impuestos de aduana), fijando estándares comunes y determinando los costos de una amplia gama de productos y servicios para los 12 países que lo suscriben. Todo esto para crear una región de libre comercio que comprende a un 40% de la economía mundial. De hecho, según el gobierno estadounidense el pacto comercial eliminaría más de 18 mil aranceles sobre productos de ese país.

El acuerdo considera 30 “capítulos” o áreas, que abarcan las siguientes áreas, entre otras: Acceso a Mercados, Reglas de Origen, Obstáculos Técnicos al Comercio, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Defensa Comercial, Competencia, Compras Públicas, Servicios, Inversiones, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones, Entrada Temporal, Servicios Financieros, Asuntos Legales, Propiedad Intelectual, Medio Ambiente, Laboral y Cooperación. Adicionalmente, se han incorporado los denominados temas horizontales que incluyen Coherencia Regulatoria, Competitividad, Desarrollo, y Pequeñas y Medianas Empresas.

Por lo tanto, el TTP reduciría los aranceles al comercio de bienes como la carne, lácteos, textiles, medicamentos, arroz y autos; eliminaría más de 18 mil impuestos a productos norteamericanos y otros miles para el resto de los países; establecería nuevos estándares laborales, medioambientales y de inversión, los que de no cumplirse se aplicarían sanciones comerciales y establecería nuevas reglas de conducta a las empresas estatales. Por otra parte, este pacto obligaría a Vietnam a permitir la creación de sindicatos independientes por primera vez en su historia, y exigiría que todos los países miembros tengan un sueldo mínimo.

“Esperamos que este acuerdo histórico promueva el crecimiento económico, apoye empleos con salarios más altos, aumente la innovación, productividad y competitividad, eleve los estándares de vida, reduzca la pobreza en nuestros países y promueva la transparencia, buena gobernabilidad y fuerte protección laboral y medioambiental”, dijeron los ministros en un comunicado en conjunto.

¿Cómo beneficiaría a Chile?

Si bien Chile ya tiene acuerdos con todos los miembros del TPP, e incluso fue pionero en la región en buscar sociedades distintas a las orientadas a EE.UU. y Europa; no todos los acuerdos presentan el mismo grado de profundidad. Este acuerdo permitiría terminar con exclusiones que afectan, por ejemplo, a nuestro sector agroalimentario. Estos cambios se traducirían en mayor acceso a mercados cuando comience a regir el nuevo acuerdo.

Por ejemplo, mientras con Estados Unidos y Australia tenemos casi el 100% del comercio con arancel cero, los tratados bilaterales con países como Japón, Malasia y Vietnam poseen importantes exclusiones, especialmente en el sector agroalimentario. Tomemos en cuenta que en el período 2009-2014, el comercio chileno del sector agropecuario, silvícola y pesquero con los países que integran el TPP, tuvo un crecimiento promedio anual de 5,3%. En particular, de los más de 3.000 millones de dólares de exportaciones de fruta fresca al año, un 42% se dirige a esa zona.

Por ende, para los exportadores nacionales la noticia es positiva y esperanzadora, ya que les permitiría la expansión comercial, otorgándoles nuevos mercados, pudiendo abastecer con sus productos e insumos a los países miembros.

Por otro lado, el acuerdo facilitaría el comercio y entregaría mejores regulaciones en el ámbito sanitario, lo que permitiría que los bienes chilenos entren en esos mercados en condiciones más estables. Y además, permitiría acumular origen,esto quiere decir que los productores pueden utilizar insumos traídos de los países miembros al TPP para sus propios productos, sin perder por ello ladenominación de origen (el derecho a utilizar cierto tipo de marcas que implican que el producto se ha fabricado en cierto territorio, con las cualidades que lo caracterizan), facilitando una mayor participación del país en las cadenas globales de valor.

Los economistas estiman que con la aprobación del TPP el PIB del país incrementaría en 0,4% para el 2025.

Según la Dirección General de Relaciones Internacionales (DIRECON), el acuerdo abriría más oportunidades a Chile en el Asia Pacífico, especialmente en el área de alimentos, incentivaría la participación chilena en las cadenas globales de valor, y mantendría el plazo de 5 años de protección a medicamentos biológicos (una de resoluciones exitosas para Chile).

Gran oposición, ¿Qué se critica y por qué?

La principal crítica que se le hace al Tratado es que se ha mantenido en “absoluto secretismo” (se les pidió confidencialidad a todos los ministros involucrados en la negociación), por lo que sólo pueden entregar a la opinión pública, los lineamientos generales. Los detalles de las negociaciones y del contenido no han sido transparentados a la ciudadanía ni tampoco al Parlamento. Sólo se sabe un trazado general de los capítulos y la información de 3 borradores de los 30 capítulos que Wikileaks ha filtrado, que tienen relación al medioambiente, propiedad intelectual y la regulación de las empresas del estado.

La principal razón por la que las negociaciones tardaron tanto fue por la falta de acuerdo en torno a la protección de propiedad intelectual concedida a los medicamentos de última generación. Estados Unidos buscaba que se concedieran 12 años de protección a dichos medicamentos para promover la inversión. Finalmente se llegó al acuerdo de dejarlo en 5 años.

El capítulo de propiedad intelectual filtrado apuntaba a fortalecer la exclusividad sobre la explotación comercial de los nuevos tratamientos creados por empresas que producen medicamentos contra el cáncer, enfermedades cardíacas o el VIH; lo que podría generar un aumento en el precio de los medicamentos al controlar la producción de genéricos, elevando el costo de los sistemas de salud pública de los países involucrados. Por ende, la importancia del capítulo es que tiene efectos principalmente sobre las patentes de los medicamentos, marcas y derechos de autor, incluyendo el tratamiento de éstos con nuevas tecnologías e internet.

En el capítulo medioambiental, se alega que en el texto no existen obligaciones claras ni bien definidas en materia ambiental, como tampoco penalidades sobre acciones que afecten los objetivos centrales del capítulo, el que además se contradice al defender la necesidad de proteger el medio ambiente, pero restándole importancia cuando entra en conflicto con el libre mercado.

En el capítulo de regulación de empresas privadas y estatales, se dice que las compañías del estado compitan con las privadas estableciendo la posibilidad de que las corporaciones transnacionales puedan llevar a juicio a los gobiernos ante tribunales internacionales frente a medidas que ellas perciban como amenaza.

Los detractores del pacto denuncian que las nuevas reglas comerciales pueden poner en peligro los puestos de trabajo de empleados de la industria automovilística en México, por ejemplo, o los productores de leche de Canadá, que ahora deberán competir con otras economías.

El diario El País publicó que “las economías de Perú y Chile serán algunas de las principales afectadas por los nuevos plazos de exclusividad en la industria farmacéutica”, aunque esto contradice el discurso de las autoridades chilenas, que han celebrado el “triunfo” de la postura de nuestro país en este punto.

En todo caso, es importante destacar que las críticas se basan en borradores filtrados cuando aún estaban en negociación y en la descripción general de los puntos acordados, y no en el documento final, que aún debe ser conocido por la opinión pública.

Movimientos ciudadanos en contra

En Chile, la plataforma ciudadana Chile Mejor sin TPP, que a agrupa a varias organizaciones, movimientos, parlamentarios (Giorgio Jackson, Gabriel Boric, Camila Vallejo, Alejandro Navarro, entre otros) y ciudadanos en contra del tratado, adelantó que echará mano a todos los instrumentos a su alcance para impedir que el Congreso ratifique el acuerdo que acusa de haberse gestado bajo un absoluto secretismo. Y anunciaron que se movilizarán para insistir en que el Congreso no apruebe este mega acuerdo comercial, y que se garantice una participación efectiva de la ciudadanía durante el proceso legislativo, incluida la consulta previa a pueblos indígenas, como establece el Convenio 169 de la OIT ratificado por el Estado chileno y vigente en el país.

Señalaron, por último, que utilizarán todos los mecanismos administrativos y legales, como la Ley de Transparencia, para exigir al gobierno dar a conocer los textos completos del Acuerdo, así como los documentos técnicos elaborados por los distintos ministerios para evaluar la conveniencia de la firma del TPP. Más aún cuando Chile ya posee tratados de libre comercio y bilaterales con los restantes 11 países del Acuerdo.

También está la iniciativa ciudadana TPP Abierto, que reúne organizaciones de Chile, México y Perú, en el que especulan sobre cómo afectaría a nuestros países el hecho de firmar el TPP sin la debida transparencia y según lo que se ha filtrado, argumentando que “se censurarán contenidos en internet, habrá menos acceso a medicamentos genéricos y aumentará el costo de la medicina; la disponibilidad de libros, películas y música en bibliotecas o escuelas se vería afectado y aumentaría el costo; se limitarán las compras por internet”, entre otras críticas.