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Creación de órganos humanos en el laboratorio

La ingeniería de tejidos está teniendo una repercusión enorme en el ámbito científico gracias a las estructuras de soporte artificiales que proporciona, en las que se cultivan nuevas células para crear tejidos. Esta técnica permite imitar la nanoestructura de tejidos del cuerpo para crear diversos órganos humanos en un entorno de laboratorio.

FUENTE | CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitario

Al frente de una investigación al respecto se encuentra la profesora Molly Stevens del Imperial College de Londres (Reino Unido), la cual se clasificó en trigésimo quinta posición en una votación realizada para elegir a los cien mejores innovadores científicos de menos de treinta y cinco años. Su especialidad es la de los nanomateriales y los sistemas biológicos, y en concreto el estudio de los puntos de convergencia útiles para el cultivo de hueso para injertos a partir de sistemas poliméricos inteligentes.

La profesora Stevens reunió a un equipo multidisciplinario de ingenieros, biólogos, químicos y físicos en el proyecto NATURALE Bio-inspired Materials for Sensing and Regenerative Medicine, financiado en parte mediante una subvención de inicio, Starting Grant del Consejo Europeo de Investigación (CEI) por valor de 1,6 millones de euros. El innovador método de ingeniería de tejidos adoptado por el equipo ha demostrado su utilidad en la creación de cantidades grandes de hueso humano maduro para trasplantes y en otros órganos vitales, como el hígado y el páncreas, difíciles de lograr a través de otros métodos.

Ante el éxito de su trabajo se ha realizado un esfuerzo de comercialización gracias a una dotación de fondos adicional mediante la Proof of Concept Grant, Subvención a la Prueba de concepto, del CEI y la organización de ensayos clínicos de regeneración ósea en humanos. El equipo también ha desarrollado versiones sintéticas de varias nanoestructuras y mejorado el crecimiento celular para su aplicación a la regeneración de tejidos. También se han obtenido resultados positivos en la mejora de las tecnologías de biodetección aplicadas al control de enzimas y otras sustancias bioquímicas.

Sus progresos resultarán de utilidad en numerosas aplicaciones médicas, y de manera destacada en la detección temprana de afecciones como el cáncer o el VIH. Utilizando muestras humanas de pacientes seropositivos, se han realizado pruebas que permiten una lectura a simple vista mucho más sencilla. Su método es diez veces más sensible que cualquier otro sistema de identificación utilizado hasta ahora y podría comercializarse en breve. Los resultados del proyecto se han publicado en la revista Nature Nanotechnology.

La profesora Stevens admite que el éxito de su grupo de investigación se basa en un trabajo innovador de alta calidad y en la naturaleza multidisciplinaria del equipo, características que dan lugar a la generación constante de ideas nuevas e interesantes. Su entusiasmo es aún más patente al referirse a distintas terapias en las que siguen trabajando y que contribuirán al bienestar futuro de los pacientes.