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Cuando los atentados de Bruselas se usan como excusa para clamar contra el cifrado – Hipertextual

Todavía se desconocen la mayoría de los datos sobre los atentados de Bruselas, pero algunos políticos ya claman contra el cifrado de datos.

Al igual que sucediera con los atentados de París, los lamentables ataques en Bruselas también van a tener consecuencias para la red, o al menos se está clamando por ello. Si la disputa entre Apple y el FBI por la privacidad de los usuarios y el cifrado de los datos está todavía más que reciente, la política ya está pidiendo endurecer las normas de cifrado, incluso como los propios políticos apuntan, sin saber todavía si fue uno de los métodos utilizados por los autores materiales e intelectuales de los atentados de Bruselas, ahora que se ha confirmado que en París se utilizaron teléfonos desechables sin cifrar.

Es un hecho realmente grave el de aprovechar cualquier oportunidad y desgracia para ir contra el cifrado de los datos, sabiendo además de la protección de la privacidad es la primera preocupación de los políticos, que utilizan aplicaciones cifradas que les niegan a sus conciudadanos. Hay que recordar que la protección de tu correo electrónico, tus fotos en la red, los mensajes que guardas en tu teléfono e incluso las webs que visitas, están protegidos de los ojos de otros de otros gracias al cifrado.

¿Y quién ha sido la voz de ha clamado contra el cifrado, reconociendo además que no tenía pruebas de haya sido utilizado para eludir a los servicio de inteligencia en los atentados de Bruselas? Pues no, no ha sido ningún político europeo, ha sido Adam Schiff, congresista de los Estados Unidos por California que rápidamente ha insistido sobre ¿los peligros del cifrado?

“No sabemos todavía qué papel, si lo tienen, jugaron las comunicaciones cifradas en estos ataques. Pero podemos estar seguros de que los terroristas seguirán utilizando lo que perciben como el medio más seguro para trazar sus ataques. Adam Schiff, congresista por California.

Es bastante irónico clamar contra una herramienta sin tener pruebas de que se haya utilizado, pero más grave es utilizar una desgracia como la que acaba de suceder en Bruselas para ir contra una herramienta que, precisamente, los representante públicos utilizan en su día a día.

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