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Edward Snowden: los profesionales que manejen datos deberían cifrar su información


Aun no sabemos que pasará con Edward Snowden sobre su situación en Rusia, pero se nota que está cambiado. El revelador de secretos más importante de esta generación ya no se le nota un cansancio en la cara, está más relajado frente a la cámara y la entrevista que le hacen en The Guardian, se nota una especie de profesionalización en sus palabras.

Snowden sabe cual es ahora su papel, el de informar de los peligros de NSA, de los peligros de redes inseguras, de servicios que no cifran sus datos, de empresas que colaboran abiertamente con servicios de seguridad de forma indiscriminada.

Una de las declaraciones que ha hecho en su última entrevista es relacionada a quién se debería decir que sus datos deberían ser cifrados, a lo que su respuesta es clara, todo el que use información personal sensible.

Abogados, doctores, investigadores, posiblemente contables, cualquiera que tiene una obligación de proteger la privacidad de sus clientes.

Snowden habla sobre todo de la privacidad de los datos personales y que esta información, aunque no sea de interés pública, debe permanecer privada.

Imagina los médicos, con información extremadamente personal como son los datos de tu salud. El acceso a sus ordenadores permitiría poder revisar cientos, si no miles, de expedientes médicos personales e intransferibles. El cifrado de los archivos entre los profesionales es por ahora un problema que tardará en solucionarse, aunque esperemos que aplicaciones como miniLock ayuden a que la gente, sea o no profesional, cifre sus archivos.

Si algo enseñaron las revelaciones de Snowden sobre las capacidades de la NSA es que no existe límite para conocer los datos y la información de personas, estén o no en una situación de investigación.

La información dentro de la NSA, sobre todo entre jóvenes analistas menores de 30 años puede ser un problema. Snowden comenta sobre la falta de control que hay en la información que los analistas son capaces de ver y de compartir con otros compañeros, sobre todo en fotografías privadas donde existen desnudos. Un analista puede avisar a otro para que vea esas fotos, de ahí pasa a otro y a otro. La cadena de información privada a la que tienen acceso los analistas es importante y no hay un verdadero control sobre lo que se hace con esta información.