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Semana de la privacidad de datos: Enfrentando la mirada corporativa

No es ningún misterio que la explotación de datos forma parte de la mayoría de los modelos de negocio de las empresas tecnológicas orientadas al consumidor. Una gran parte de nuestras vidas es grabada y explotada, desde nuestras búsquedas en la web, hasta nuestras comunicaciones personales, ubicación y hábitos de compra, sólo por nombrar algunos puntos de datos, para generar aún más datos sobre nosotros, a través de la observación del rastro de datos que dejamos atrás.

Nuestras vidas no sólo están bajo el escrutinio de los gobiernos y sus actividades de vigilancia (masiva), sino también bajo los ojos de las corporaciones que buscan extraer valor de nuestros datos e interacciones. Todo esto está ocurriendo a escala mundial, y en muchos casos con escasas o inexistentes salvaguardias.

La Red Internacional de Privacidad está trabajando para exponer a las empresas que no protegen los datos de sus clientes, analizando sus términos de servicio y prácticas, explorando cómo perciben los usuarios las plataformas de medios sociales, y estudiando cómo estas plataformas están siendo utilizadas con fines de inteligencia.

Telecomunicaciones: ¿Cómo defienden (no defienden) nuestros datos?

¿Hasta qué punto son transparentes las empresas de telecomunicaciones en cuanto a su colaboración con los organismos encargados de hacer cumplir la ley? Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) planteó esta cuestión en su informe “Quién no defiende sus datos“. Examina una nueva ley federal de telecomunicaciones en México que impone a las empresas de telecomunicaciones la obligación de colaborar con los organismos encargados de hacer cumplir la ley, muchos de ellos mal redactados y que socavan el derecho a la privacidad.

En Uganda, el Testigo No Deseado tenía una pregunta similar. Investigaron el marco legal existente sobre telecomunicaciones y privacidad para explorar cómo las empresas estaban protegiendo los datos de sus clientes. Su informe subsiguiente es bastante autoexplicativo: Su Comunicación y Datos Personales ya no son Seguros, y destaca la falta de regulación para proteger los derechos de los usuarios de las empresas de telecomunicaciones y proveedores de servicios de Internet, a lo que se suma la ausencia de legislación sobre protección de datos.

Seguidores (in)visibles: Vigilancia social y estatal a través de los medios de comunicación social

Nuestra relación con los medios sociales es cada vez más compleja: al mismo tiempo que proporciona nuevos públicos para promover nuestros mensajes y defender nuestras causas, también permite niveles sin precedentes de vigilancia de nuestras acciones.

7iber centró su atención en esa tensión, investigando por qué la gente en Jordania está migrando cada vez más de Facebook a Twitter (disponible en árabe). Su investigación encontró que, entre otros factores, la percepción de los usuarios de la vigilancia social por parte de sus familias en Facebook había desencadenado esa decisión.

Mientras tanto, la Asociación por los Derechos Civiles, con sede en Argentina, investigó el uso de inteligencia de código abierto en su informe “Followers we don’t see” (Seguidores que no vemos). Analizaron la vigilancia gubernamental de los medios de comunicación social para investigar los delitos, y detallaron cómo este “patrullaje cibernético” había erosionado el derecho a la privacidad y la libertad de expresión, creando un efecto escalofriante para los usuarios de los medios de comunicación social.

En algunos casos la escala de la vigilancia es mayor. En un informe presentado esta semana, 7amleh, una organización socia de Palestina, describe cómo el gobierno israelí restringe la infraestructura de telecomunicaciones clave en Palestina, incluyendo el acceso a frecuencias y equipos de red clave. Este control de la infraestructura clave facilita las violaciones del derecho de los palestinos a la intimidad y a la libertad de expresión.

Plataformas digitales: ¿Cuán responsables son?

Por último, está la cuestión de la responsabilidad de las plataformas digitales. Dos miembros de la Red de PI han estudiado este tema: Dejusticia, en Colombia, investigó la responsabilidad de Google y otras grandes empresas de Internet, mientras que Digital Rights Foundation (DRF) preparó un informe sobre aplicaciones para compartir viajes en Pakistán.

Tras analizar las políticas de privacidad de más de 30 empresas con modelos de negocio basados en la explotación de datos, Dejusticia descubrió que sus prácticas no estaban adecuadamente contempladas en el marco actual de datos personales. Además, llegaron a la conclusión de que muchas de estas prácticas, como la elaboración de perfiles de usuario, deben abordarse más a fondo mediante una reforma legislativa y reglamentaria.

En Pakistán, el DRF preparó un estudio detallado sobre las prácticas de Uber y Careem en el país, destacando la necesidad de mejores mecanismos de denuncia y procedimientos de seguridad, que son particularmente necesarios desde una perspectiva de género, y los impactos específicos que dichas políticas tienen sobre las mujeres. También encontraron que las políticas de privacidad de ambas compañías carecen de garantías básicas tales como la divulgación de violaciones de datos y contienen disposiciones no especificadas para compartir datos, entre otros defectos.

Contrarrestar el ecosistema de datos ocultos

Junto con el trabajo de sus socios, Privacy International se ha mostrado activa en la lucha contra la explotación empresarial. El año pasado presentamos una queja contra siete empresas por infracciones generalizadas y sistemáticas de la legislación sobre protección de datos.

También lanzamos un informe que describe cómo las aplicaciones en Android comparten datos con Facebook, descubriendo que al menos el 61 por ciento de las aplicaciones que se probaron transfieren datos automáticamente a Facebook en el momento en que un usuario abre la aplicación, independientemente de si la gente tiene una cuenta en Facebook o no.

La lucha para enfrentar y contrarrestar la mirada corporativa está apenas comenzando, y seguiremos trabajando con la Red para exponer y hacer retroceder las prácticas de explotación que afectan nuestra privacidad, libertad y autonomía.

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